AUTOLIBERACION

AUTOLINERACION

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L. A. AMMANN  

PROLOGO A LA EDICION DE 1980  

El presente libro está dividido en dos partes: la primera, titulada Mejoramiento  conductual, trata los temas de relajación, gimnasia sicofísica y autoconocimiento.  La segunda, llamada Operativa, desarrolla técnicas de catarsis, transferencia y  autotransferencia; técnicas estas que van más allá del interés por el  mejoramiento de conductas, para convertirse en instrumentos de cambio al  servicio de una nueva dirección de vida si esa fuera la necesidad del  experimentador.  

La elección de temas.  

Los tres temas de la primera parte pueden ser trabajados independientemente y  en cualquier orden. Los temas de Operativa, en cambio, exigen dominio de todo  lo anterior.  

Así es como los temas preliminares ofrecen posibilidades de acuerdo con  particulares intereses. Ejemplificando, es posible que una persona que supere los  treinta y cinco años se incline hacia la relajación y que alguien más joven pueda  interesarse por el autoconocimiento. El segundo caso se explica porque las  personas de menos edad pueden tener mayor urgencia por conocerse,  ordenarse y articular claros proyectos de vida, antes que por solucionar  problemas de tensión. Esa tensión difícilmente sea interpretada por ellas como  presión agotadora, sino más bien como un estímulo interesante para el desarrollo  de las actividades cotidianas. Son numerosos los factores que pueden mediar  para que se opte por uno u otro de los trabajos propuestos. Por ello, la primera  parte del libro tiene una estructura que permite el desglose de temas.  

Ahora bien, quien desee dominar el sistema completo de Autoliberación, deberá  acometer un aprendizaje progresivo desde lo más simple hasta lo más complejo.  Llevará entonces adelante un proceso ordenado, siguiendo el texto, tal como se  presenta.  

El sistema de Autoliberación. 

Está concebido como respuesta a las necesidades más profundas del ser  humano. Esas necesidades son, sin duda, las relacionadas con la superación del  sufrimiento. En esta perspectiva, la Autoliberación es la herramienta que permite  superar el sufrimiento modificando conductas.  

Si bien hoy se ha logrado una simplificación considerable de este sistema,  gracias a prácticas y explicaciones teóricas sencillas, debemos observar que este  deriva de una compleja filosofía que estudia a la vida humana con referencia a su  sentido y sus posibilidades. 

Sufrimiento y Autoliberación.  

Mucha gente piensa que no sufre pero reconoce que padece tensión, temor,  ansiedad, desencuentro con los demás y falta de sentido en la vida. Las  dificultades enunciadas pueden ser compendiadas en la palabra "sufrimiento".  

El objetivo que plantea la doctrina de Autoliberación es la superación del  sufrimiento. Superar el sufrimiento equivale a lograr una creciente satisfacción  consigo mismo.  

Las tres vías del sufrimiento.  

Se sufre por haber fracasado; por haber perdido oportunidades, objetos,  personas queridas. Se sufre por falta de reconocimiento familiar y social. Se sufre  por la dificultad de lograr aquello que se desea para uno mismo y los demás. Se  sufre por temor: temor de perder lo que se tiene, temor a la soledad, a la  enfermedad, a la vejez y a la muerte.  

No solamente se sufre por las sensaciones negativas del presente, sino por  recuerdos negativos y por imaginar acontecimientos negativos del futuro. Por  esto se dice que las tres vías del sufrimiento son la sensación, la memoria y la  imaginación en su uso distorsionado.  

El sistema de Autoliberación debe tener en cuenta lo explicado y servir a la  comprensión y al trabajo sobre uno mismo de modo integral. Así es que nada  puede hacerse con soluciones parciales como las que se ofrecen a diario y  terminan fatalmente en frustración.  

Teoría y práctica de la Autoliberación.  

Se comprenderá que la teoría que va acompañando a las lecciones no está  expuesta para obstaculizar el aspecto práctico, sino para dar la mayor  comprensión posible de aquello que se ejecuta. Ello es necesario, según venimos  comentando, tratándose de un trabajo integral.  

Demasiados "sistemas" sin fundamento han circulado en los últimos tiempos,  justificados por opiniones de amigos de los autores, o por personas que  pudieran impresionar al lector. Otro tanto se ha hecho para publicitar "métodos  de felicidad", apoyándose en tablas de dudosa confección referidas a consumo  de oxígeno, latidos cardíacos y cosas semejantes. Hay algunos planteos que,  además de basarse en la opinión de terceros y en las conocidas tablas, utilizan la  seducción de las palabras. Palabras antiguas, palabras de lugares remotos, a  veces palabras nimbadas de aureola científica.  

También están aquellos que utilizan los recursos técnicos como panacea. No  estamos hablando de la resurrección neomesmeriana del orgón, con sus  conductores dieléctricos y sus cabinas de carga bioenergética (ligeramente más  sofisticados que las cubetas de Mesmer y del marqués de Pueysègur en el S.  XVIII). Más bien, nos referimos a los trucos con medidores de resistencia  galvánica de la piel, electromielógrafos, realimentadores electroencefalográficos,  etc. En este campo el comercio ha ido lejos rozando la alegre irresponsabilidad.  

Quién no conoce casos pintorescos como éste: Un señor nos coloca en los  dedos los electrodos de un aparato medidor y nos hace descubrir las dificultades 

que padecemos. Cuando surge algún conflicto la aguja lo marca en el detector y  el señor, entonces, nos dispara un shock eléctrico o nos apremia  incesantemente. A fuerza de repetir este procedimiento inhibitorio termina  "borrando" la información conflictiva de nuestra memoria... Concluye el  tratamiento con una sonrisa reconfortante y alguna receta macrobiótica o  vegetariana compensadora, según él, de nuestro desequilibrio de electrolitos  sodio-potasio que se refleja en nuestro desorden simpático-parasimpático (?). Si  el señor es un gurú matizará sus explicaciones con el "prana", si es ocultista  hablará de medicinas paralelas o de alternativa y si es diplomado nos  deslumbrará con las teorías de moda. De esta manera, prácticas extravagantes  ponen a las personas necesitadas de ayuda en situación de someterse a todo  tipo de experimentos sin comprender realmente de qué trata aquello que se ven  compelidas a realizar.  

Teniendo en cuenta la desorientación general que campea en estas materias y  en vista a la creciente orfandad interna que hoy se padece, consideramos de  mínima responsabilidad con la inteligencia y, en definitiva, con nuestro prójimo,  esclarecer sobre estos temas.  

Por difícil que sea la tarea de explicar cuáles son los verdaderos problemas de  fondo, cómo se los debe tratar y en qué deben consistir los procedimientos a  usarse, no debe rehuirse cualquier oportunidad que se tenga a mano para  hacerlo. Más simple hubiera sido para nosotros, y más sencillo para nuestros  lectores, si nos hubiéramos limitado a lanzar este libro como una secuencia de  lecciones sin explicación alguna. No hemos optado por esa línea. Tampoco  nos ha desmoralizado la posibilidad cierta de que se limite nuestro sistema a  un núcleo más reducido de lectores. En todo caso, estamos convencidos de que  nuestro propósito es genuino, que nuestro planteo en torno de la liberación del  sufrimiento es integral y que nuestras prácticas deben ser acompañadas de  explicaciones teóricas esclarecedoras en cuanto a los objetivos generales y en  cuanto al sentido particular de las prácticas mismas.  

La fuente doctrinaria del sistema de Autoliberación.  

Hace veinte años, algunos estudiantes y unos pocos profesionales nos  agrupábamos en América del Sur, en torno de la enseñanza que impartía Silo. En  el conjunto se destacaba algún siquiatra y jóvenes estudiantes de Sicología,  Sociología y Antropología. Por aquel entonces, la Sociedad Sicoanalítica había  entrado en una situación conflictiva que alejaba a sus adherentes más  avanzados. En realidad, era el contexto social y cultural el que hacía crisis.  

Nuevas corrientes en el campo de la Sicología hacían su aparición y métodos de  conocimiento que en Europa hacía ya tiempo estaban dando frutos, en  Sudamérica irrumpían novedosamente. Llegaban vientos renovadores  mientras uno a uno caían nuestros viejos ídolos: no más tests de Binet, no más  sicodiagnósticos de Rorschach, no más Ribot, Wundt, Weber y Fechner... La  Sicología experimental se había convertido en estadística o en rama de la  neurofisiología. Los gestaltistas habían desembarcado en esas playas tan  alejadas del debata sicológico de altura. Wertheimer, Koffka y Köhler, se  sintetizaban con el conductismo gracias a Tolman y Kantor. Detrás de todo  ello, nosotros veíamos una metodología gigantesca que, además, estaba  influyendo en el campo de la Lógica, de la Gnoseología y hasta de la Etica y 

Estética. Era el método fenomenológico husserliano que hacia tiempo había  producido su crítica del silogismo y trascendía en Heidegger y en la Sicología de  la Existencia. El panteón sicoanalítico se derrumbaba luego de las críticas de  Sartre al esquema del inconsciente basándose, precisamente, en la aplicación de  la Fenomenología. Particularmente, discutíamos unos de los menos estudiados  ensayos sartrianos, su magnífico "Esbozo de una teoría de las emociones".  

Qué tiempos de desorden y qué desproporción había en todo! Mientras algunos  consultábamos sobre el método fenomenológico y los planteos estructuralistas a  colegas de los claustros universitarios, ellos respondían con viejas fórmulas  tomistas...  

Entre tanto, Vogt, Jacobson y Schultz acaparaban las prácticas del trabajo sobre  uno mismo a fuerza de autohipnosis y relajación, mezclándose a veces con  Patanjali y los orientales en todo tipo de yoga. En ese tórrido clima de ideología y  experiencias, Silo era un oasis. El no explicaba exactamente nuestro tema, que  era la Sicología. Reducía todo problema al sufrimiento y sus vías, las formas de  exploración de estas y las posibilidades de superación del sufrimiento. Por aquel  entonces, el planteamiento nos resultaba emparentado con alguna forma  original de budismo. Luego fuimos descubriendo que también lo estaba con  algunas enseñanzas cristianas y mahometanas y por ello nos resultaba un tanto  "místico". Con el tiempo empezamos a comprender que el siloísmo trataba, en  realidad, los problemas de fondo del ser humano que necesariamente habían  sido considerados por los grandes sistemas de experiencia interna, muy a  menudo imbricados con la filosofía y las religiones.  

Poco a poco, aprendimos a valorar temas sin precedentes en la historia de la  Sicología, tales como la función de la imagen portadora de cargas; la  estructuralidad de percepción y representación; la importancia de los sentidos  internos en la producción, traducción y deformación de impulsos; las  caracterizaciones y distinciones entre niveles y estados de conciencia; la acción  del núcleo de ensueño en la formación de conductas; la acción de la protensión  en la respuesta diferida y, por supuesto, el inédito aporte sobre el espacio y el  tiempo de representación.1 Y cuando todo aquello fue llevado a la práctica y  plasmado no como una terapia, no como un remedio para padecimientos síquicos  sino como trabajo de crecimiento personal (y social), comprendimos que  estábamos en presencia de una de las mayores enseñanzas de nuestro tiempo.  

Esto que hoy aparece como sistema de Autoliberación, es humilde tributario de  aquella enseñanza.  

Relación del sistema de Autoliberación con las corrientes sicológicas.  Hay relaciones, en primer término, en cuanto a lenguaje. No se ha visto la  necesidad de acuñar neologismos para designar fenómenos sobre los que en  Sicología hay aceptación general. A la sensación, percepción, imagen, etc., se  las sigue designando aquí de la misma manera, a pesar de que tales fenómenos  sean explicados de un modo nuevo.  

  

1 Hoy ya editado en Contribuciones al Pensamiento, primera parte (Sicología de la Imagen), Silo,  Editorial Planeta, Buenos Aires, 1990 

No debe olvidarse, por último, que el sistema de Autoliberación si bien acepta la  presentación de los tópicos convencionales según lo hacen otras corrientes, se  aleja considerablemente de ellas en cuanto a metódica e interpretación.  

El presente libro como reconocida labor de equipo.  

Este trabajo es resultado de los aportes del licenciado J. J. Pescio, la licenciada  A. Martínez y E. de Casas, en sus estudios sobre catarsis y transferencia; de las  experiencias de P. Gudjonsson del S.I. de Nueva York, en técnicas de  relajación; de la tesis sobre electroencefalografía y niveles de conciencia de la  sicóloga C. Serfaty del A.T.P. de Caracas; del estudio de P. Deno sobre  aplicación de la expresión corporal en teatro y danza; de la síntesis sobre  morfología simbólica, sígnica y alegórica de J. Caballero; de los estudios de  simbólica aplicada de los arquitectos G. G. Huidobro y J. Swindom; de la notable  colaboración del profesor S. Puledda, sobre autotransferencia y del pulcro trabajo  realizado por el Dr. A. Autorino, plasmado en el vocabulario que acompañamos.  

Por cierto que la experiencia y el talento de tantos otros colaboradores y amigos,  se ha reflejado pálidamente en estas páginas. Para ellos nuestro agradecimiento  desde este lugar en el que damos los últimos retoques a este libro, lugar muy  próximo al que sirviera de campo de experimentación al profesor Köhler.  

L. A. Ammann  

Las Palmas de Gran Canaria, España  

20 de febrero de 1979  

PROLOGO A LA PRESENTE EDICION  

Diez años después de la primera edición de éste libro, vuelvo sobre él para  introducir algunos retoques.  

En general, puedo decir que mucha gente ha trabajado satisfactoriamente  con este material y que, hasta el momento, he recibido las mayores críticas de  quienes no lo han leído completamente. Una de las objeciones, sin  embargo, es atendible. El prefijo "auto" tanto del sistema como del libro que  deriva de él, ha motivado errores haciendo pensar que la Autoliberación pretende  superar condicionamientos y opresiones, pretende el develamiento del sentido  de la vida y, en suma, el crecimiento humano por propio y aislado esfuerzo  personal. Debo aclarar, opuestamente, que el valor del sistema de Autoliberación  está en función de un mejor desenvolvimiento de la acción del individuo en el  mundo social. Es atendiendo a este objetivo que el trabajo sobre sí mismo puede  tener algún significado, del mismo modo que la capacitación personal tiene  sentido si mejora las condiciones de trabajo físico o intelectual de un conjunto.  Antes de escribir el libro aprendí claramente que la acción verdadera, la acción  no contradictoria y liberadora es la que termina en otros y no en uno mismo.  Después de todo el ser humano está esencialmente abierto al mundo, es mundo  y no aislamiento, es historia y es sociedad. Por lo tanto el beneficio que puede  brindar el sistema de Autoliberación será medido por el resultado que obtenga en  la superación del sufrimiento social al dotar a los individuos de herramientas que  mejoren su acción. 

Debo agregar que las explicaciones en torno del "aparato" del siquismo y del  trabajo de los "centros" (con sus partes y sub partes), no tienen otra pretensión  que la de enmarcar el sistema de prácticas. Según este punto de vista a esas  explicaciones se han de considerar como simples figuras didácticas y no como  descripciones de realidades síquicas. Desde luego, nunca creí que la estructura  sicofísica se pareciera a un artefacto cibernético, pero traté de representarla así  para lograr un acercamiento que, espero, no lleve a erróneas interpretaciones.  

L. A. Ammann  

Córdoba, Argentina  

30 de Julio de 1990  

PRIMERA PARTE  

MEJORAMIENTO CONDUCTUAL  

PRACTICAS DE RELAJACION 

Las prácticas de relajación llevan a la disminución de las tensiones musculares  externas, internas y mentales. Como consecuencia de esto, permiten el alivio de  la fatiga y el aumento de la concentración y facilitan el rendimiento en las  actividades cotidianas.  

Recomendaciones.  

1.Disponer en lo posible media hora cada fin de semana y en ese lapso practicar  varias veces una sola lección. Ese es, en realidad el mejor de los sistemas.  2. Una vez que se haya aprendido y dominado una lección, recordarla por unos  pocos minutos cada noche, a medida que se entre en el sueño. Si fuera el caso  de padecer insomnio, esa sería una razón más para hacerlo.  

3. Aplicar lo aprendido en cada lección semanal a las situaciones diarias que  crean angustia, temor, cólera, ansiedad, o malestar en general (es decir tensión).  4. Al finalizar las prácticas de relajación, se dará una sola técnica para ser  utilizada en la vida diaria. Esa técnica no será fácil de aplicar si no se domina el  trabajo completo. Si en cambio, se han seguido paso a paso todas las otras  técnicas, se estará en condiciones de aplicar una sola de estas para eliminar las  tensiones en cualquier situación.  

5. Cuando se cuente con la técnica de relajación de la última lección, habrá que  familiarizarse con ella, al irla aplicando en diferentes situaciones de la vida diaria.  A medida que se observe que esa técnica va actuando automáticamente en  cualquier situación tensa provocando la relajación, se irá logrando  verdaderamente el objetivo propuesto.  

Debe llegar el momento en que, sin proponérselo, se eliminen automáticamente  tensiones en el instante en que éstas se manifiesten.  

Es necesario insistir con cada práctica y, en especial, con la técnica unificada de  la última lección, debido a que la tensión se ha hecho un hábito y no se la puede 

variar de un día para otro. Los resultados serán entonces, proporcionales a la  dedicación.  

LECCION 1  

Relax físico externo.  

Vamos a estudiar las formas de relajar el cuerpo.  

Antes de comenzar con esta práctica, que es la base de todas las otras, es  necesario conocer los puntos de mayor tensión del cuerpo.  

¿Qué puntos tiene usted ahora en tensión?  

Observe su cuerpo y descubra esos puntos tensos. ¿Tal vez el cuello? ¿Tal vez  los hombros? ¿Algunos músculos del pecho, o del vientre?  

Para aflojar esos puntos de permanente tensión debe, antes que nada,  comenzar a observarlos.  

Observe ahora su pecho, observe su vientre, observe su nuca, observe también  sus hombros, y allí donde encuentre tensión muscular, no intente aflojarla, sino,  auméntela. Es decir, tense aún más los músculos que están tensos.  Ponga más fuerza en el cuello, más fuerza en los hombros, más fuerza en los  músculos del pecho, del vientre. Allí donde encuentre tensión, comience por  aumentarla fuertemente; pasados unos pocos segundos, afloje súbitamente la  tensión que excedió. Pruebe una, dos, tres veces. Tense fuertemente los puntos  de tensión y al cabo de un breve tiempo, aflójelos súbitamente.  Ha aprendido con esto, la forma de relajar los músculos más tensos, y lo ha  logrado haciendo algo contrario a lo que suponía, es decir, tensando aún más  para luego aflojar.  

Una vez que domine esta técnica, usted continúa por sentir simétricamente las  partes de su cuerpo. Comienza a sentir su cabeza, el cuero cabelludo, los  músculos faciales, la mandíbula. Luego va sintiendo los dos ojos al mismo  tiempo, las dos partes de su nariz. Luego atiende a la comisura de los labios, a  sus dos mejillas, y baja, mentalmente, por ambos lados de su cuello y al mismo  tiempo. Se va fijando en sus dos hombros; después, poco a poco, va  descendiendo por sus brazos, los antebrazos y las manos, hasta que todas estas  partes vayan quedando completamente flojas, bien relajadas.  

Vuelva a su cabeza y realice el mismo ejercicio. Pero ahora va a bajar por  delante de su cuerpo, por sus dos músculos pectorales. Luego hacia el  abdomen, va bajando simétricamente por delante como siguiendo dos líneas  imaginarias. Llega al bajo vientre y ahí donde termina el tronco de su cuerpo, ahí  debe dejar todo completamente bien relajado.  

Ahora retrocede de nuevo. Sube a su cabeza mentalmente, pero esta vez  comienza a bajar por la nuca. Ahora va bajando por dos líneas de la nuca,  simétricamente. Al mismo tiempo, desciende por dos líneas de su espalda, por  su omóplato hacia abajo, cubriendo toda su espalda, llegando a las partes últimas  de su cuerpo. Sigue por sus dos piernas, a lo largo de ellas, llegando hasta la  punta de los pies. 

Al finalizar este ejercicio y cuando lo tenga dominado, deberá experimentar una  buena relajación muscular externa.  

LECCION 2  

Relax físico interno.  

Recuerde la primera lección y realice todos los desplazamientos que allí se  indicaron, repitiendo tantas veces como sea necesario, hasta tener registro de un  buen manejo de la técnica en cuestión. Un recurso es el de procurar efectuar el 

relax cada vez más rápidamente, sin por ello disminuir la profundidad de la  relajación.  

Considerando el orden de las importancias es, desde luego, necesario dominar el  relax de los músculos faciales, los del cuello y nuca y los del tronco en general.  Es secundario dominar el relax de brazos y piernas. Habitualmente se piensa de  otro modo y esto hace perder un tiempo considerable a los practicantes.  

Recuerde: más importante que los miembros son su cabeza, su cuello y nuca, su  rostro y desde luego, su tronco en general.  

Vamos a tratar ahora el relax interno.  

  

Nuevamente toma usted su cabeza como referencia. Ahora siente sus ojos,  siente fuertemente los globos oculares, los músculos que rodean ambos ojos.  Ahora está sintiendo sus dos ojos por dentro al mismo tiempo. Va  experimentando la sensación interna y simétrica de ambos ojos, yendo hacia el  interior de ellos, relajándolos, relajándolos totalmente. Ahora "cae" hacia dentro  de su cabeza... se deja deslizar al interior y va relajando completamente. Sigue  

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como cayendo por un tubo hacia los pulmones, va sintiendo simétricamente los  pulmones por dentro y los va relajando. Luego sigue bajando internamente por su  abdomen, relajando todas sus tensiones; sigue bajando internamente, aflojando  por dentro, por su bajo vientre en profundidad, hasta la terminación de su tronco,  dejando todo en perfecto relax.  

Como puede comprobar, en este segundo tipo de relax no hemos tenido en  cuente los brazos y piernas. Se va desde los ojos hacia adentro, y luego como  cayendo definitivamente hacia la terminación del tronco.  

Practique varias veces este ejercicio, comprobando al finalizarlo que no haya  quedado algún músculo externo en tensión.  

Estos músculos externos tendrán que haber quedado en perfecto relax y, por  supuesto, se debe haber alcanzado un buen relax interno. Esto le permitirá  avanzar hacia los próximos ejercicios, algo más complejos.  

LECCION 3  

Relax mental.  

Practique nuevamente la lección número dos y preocúpese por no detenerse en  un punto más que en otro. Repita, tratando de dar más velocidad a los  desplazamientos internos, sin perder profundidad. Si cree dominar los ejercicios,  dispóngase a avanzar.  

En esta lección número tres trabajaremos el relax mental.  

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Sienta nuevamente su cabeza. Ahí está el cuero cabelludo, más abajo el cráneo.  Comience por "sentir" su cerebro por dentro.  

Sienta su cerebro como si estuviera "tenso". Vaya aflojando esa tensión hacia  adentro de su cerebro y hacia abajo, como si fuera descendiendo la relajación.  

Concéntrese. Vaya bajando la tensión, como si la parte superior de su cerebro se  fuera haciendo cada vez más suave, agradable. Siempre bajando, bajando hacia  el centro de su cerebro, más abajo del centro, mucho más abajo, cada vez algo  más algodonoso, más suave, más tibio.  

Repita este ejercicio varias veces hasta comprender que progresivamente lo va  dominando.  

LECCION 4  

Experiencia de paz.  

Repita la lección anterior varias veces hasta poder experimentar la relajación  mental rápidamente.  

He aquí un modo para verificar su progreso: dé unos pasos por su cuarto de  trabajo; abra y cierre algunas puertas; coja y deposite en el mismo lugar algunos  pequeños objetos. Regrese luego al punto en que inició las operaciones.  

Se supone que partió a efectuar aquellos procedimientos, desde el registro  interno de relax mental, estudiado en la lección anterior.  

Cuando domine el modelo citado, podrá intentar experiencias cotidianas más  complejas.  

Usted ya domina las tres formas de relax. Conoce el relax físico externo, el físico  interno y el mental. Está ahora en condiciones de aplicar estos tipos de relax en  la vida cotidiana de un modo veloz y eficaz.  

Ha trabajado, hasta ahora, básicamente con los músculos y con las sensaciones  internas. Pero en esta lección va a emprender un trabajo un poco diferente. Va a  aprender a adiestrar las imágenes mentales. Son las imágenes las que movilizan  tensiones pero, igualmente, estas imágenes pueden movilizar relajaciones.  

Si, por ejemplo, imagina un incendio e imagina que usted está allí, podrá advertir  con facilidad que sus músculos se tensan. Inversamente, a medida que va  "apagando" ese incendio observará también cómo se va relajando la  musculatura externa, y también registrará la relajación de sus sensaciones  internas.  

En esta lección número cuatro, vamos a comenzar a manejar cierta imagen de  gran utilidad para el resto del trabajo: realizaremos la experiencia de paz.  

Comience por imaginar una esfera transparente que, bajando desde lo alto, va  entrando por su cabeza y termina alojándose en el centro del pecho, a nivel del  corazón. 

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Algunas personas al principio no pueden imaginar bien esta esfera. De todas  maneras, no es mayor inconveniente ya que sí pueden experimentar una  agradable sensación en el pecho, sin el apoyo de la imagen esférica. Sin duda,  con el tiempo, podrán visualizar correctamente esa esfera que va bajando y  termina colocándose en el centro del pecho. Tomando en cuenta esta imagen,  una vez alojada en el lugar correspondiente, se la va expandiendo lentamente,  como si creciera cada vez más, hasta los límites de todo el cuerpo. Cuando la  sensación, que comenzó en el centro del pecho se ha extendido por todo el  cuerpo hasta sus límites, sobreviene una cálida sensación de paz y unidad  interna, a la que se la deja operar por sí sola.  

Es importante que esta sensación se extienda hasta los límites de todo el cuerpo,  es decir, irradiando desde el centro del pecho cada vez más hacia todo el  cuerpo, hasta lograr una suerte de luminosidad interna. Cuando ésta coincida con  los límites del cuerpo, la relajación será completa.  

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A veces la respiración se hace amplia, acompañando a las emociones positivas  que se van presentando: emociones de agrado, emociones inspiradoras. Pero no  preste mayor atención a la respiración, solamente déjela que acompañe a las  emociones positivas.  

En otras ocasiones surgen algunos recuerdos y algunas imágenes muy vívidas.  Pero usted se interesa más por su registro de paz creciente.  

Cuando el registro, que comenzando en el pecho se haya difundido por todo el  cuerpo hasta los límites, se habrá dominado lo más importante del ejercicio.  Entonces surgirá la experiencia de paz. Usted podrá permanecer en ese  interesante estado unos pocos minutos. Luego, haga retroceder lentamente la  sensación y la imagen hasta el pecho, cerca del corazón. Desde allí, llévela  nuevamente hasta su cabeza, para ir haciendo desaparecer la "esfera" que  utilizó desde el principio del ejercicio.  

Con esto queda terminada la experiencia de paz.  

Recuerde: si no se ha relajado correctamente, según lo explicado en las  lecciones anteriores, esta importante experiencia de paz no tiene oportunidad de  manifestarse.  

LECCION 5  

Imágenes libres.  

Antes de seguir le recomendamos repetir nuevamente la lección anterior.  

A continuación vamos a proceder con las imágenes libres. Dispóngase en  perfecto relax externo, interno y mental. Deje entonces correr libremente las  imágenes que van apareciendo.  

Observe aquellas imágenes de las situaciones de su vida diaria. Imágenes de la  relación con otras personas, imágenes propias de su trabajo, imágenes de sus  amigos, de sus familiares. Advierta cómo algunas de ellas le provocan malestar,  le provocan especial tensión muscular. Tenga en cuenta esas imágenes y,  posteriormente al ejercicio, tome adecuada nota de ellas, sin intentar trabajar con  esas imágenes todavía. Simplemente, déjelas correr en su mente y observe  aquellas que le provocan especial tensión. 

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Repita varias veces este ejercicio de imágenes libres. Repítalo y tome nota  reiteradamente hasta comprender cuáles son las imágenes que provocan  tensión en usted y en qué partes de su cuerpo las tensiones se expresan con  más fuerza.  

LECCION 6  

Dirección de imágenes.  

Proceda como en la lección anterior. Luego de un buen relax, vaya dejando  correr libremente las imágenes. Observe aquellas que provocan particular tensión  muscular. Cuando aparezca claramente alguna de esas imágenes, deténgala,  visualícela bien, y descubra en qué puntos de su cuerpo se ha producido tensión  muscular. Luego, sin olvidarse de esa imagen, reteniéndola en su mente, relaje  los músculos. Relájelos completamente hasta que pueda visualizar nuevamente  esas imágenes pero ya sin experimentar ningún tipo de tensión.  

Pruebe una, dos, tres veces. Deje correr sus imágenes. Observe aquellas que le  provocan especial tensión. detenga esas imágenes que originan tensión y  comience a relajar profundamente, hasta que esas mismas imágenes dejen de  colocarlo en situación tensa.  

Es importante que se adiestre en este ejercicio varias veces. En lo posible  aplíquelo en la vida diaria, o en esos pocos minutos de trabajo que realiza antes  de ir a dormir cada noche.  

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En esta lección número seis usted ha aprendido a dirigir sus imágenes.  LECCION 7  

Conversión de imágenes tensas cotidianas.  

Vamos a trabajar ahora la conversión de las imágenes cotidianas. Esta práctica  se basa en lo explicado sobre la capacidad que tienen las imágenes de crear  tensión muscular y también en su capacidad de ayudar a la relajación.  

Si ha trabajado en las lecciones anteriores de un modo correcto con sus  imágenes, ha comprendido perfectamente esta verdad. Usted conoce por  experiencia qué situaciones de la vida cotidiana le crean especial tensión.  

Tome nota antes de comenzar con esta práctica, de cuáles son esas situaciones.  Para ello repase todo lo que hace en su vida diaria. Examine las relaciones que  sostiene con otras personas: en su trabajo, en su hogar, en la vida social, con el  sexo opuesto, etc.  

Hay personas que le crean especial malestar; ya sea porque usted está en  situación de jefe o en situación de subordinado, en situación de padre, o de hijo,  de maestro o de discípulo, etc. En diversas situaciones, se encuentra con  distintas personas, algunas de las cuales le provocan esa especial tensión o  especial desagrado.  

Si recorre mentalmente estas situaciones, podrá tomar nota de las que más le  molestan, para luego hacer desaparecer esas molestias.  

Cuando tenga esto revisado perfectamente, comience luego de un relax  profundo, a recordar esas personas, a imaginar esas situaciones.  

Detenga las imágenes. Mantenga las imágenes en que se ve en las situaciones  difíciles... y comience poco a poco a relajar los músculos. Pero agregando ahora  algo muy importante: añada nuevas imágenes que conviertan la situación en  favorable.  

Comprenderá que no es difícil imaginar ahora esa persona que le provocaba  tensión, imaginarla en una relación diferente con Ud., en una relación  francamente mejorada. Observe los puntos agradables de esa persona y cambie  a una situación más satisfactoria.  

Observe situaciones en que las cosas son difíciles, pero descubra que aún en  esas situaciones pueden ser apreciados algunos aspectos positivos.  

Busque el lado bueno de las cosas. Haga positivas esas imágenes, déles  agrado, déles un cierto toque placentero. Si convierte las situaciones o las  imágenes de aquellas personas en algo positivo y, al mismo tiempo, relaja en  profundidad sus músculos, tendrá grandes avances.  

Repita este ejercicio de conversión de imágenes cotidianas varias veces, antes  de pasar a la próxima lección. 

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LECCION 8  

Conversión de imágenes tensas biográficas.  

Esta lección trata acerca de la conversión de imágenes biográficas. Es decir, de  aquellas imágenes de personas, objetos y situaciones, que tienen que ver con  momentos decisivos de su vida.  

Usted debe comenzar por recordar su vida desde la primera infancia hasta estos  días.  

Dispóngase ahora a esta tarea. Tome los elementos de trabajo necesarios como  para ir anotando lo que recuerde y proceda.  

Comenzando desde la primera infancia, anote distintas situaciones, destacando  aquellas que son especialmente problemáticas. Haga entonces una pequeña  biografía, es decir, una pequeña historia personal. A medida que la vaya  escribiendo irá recordando situaciones diversas, algunas muy difíciles y  desagradables; otras, no tanto. Desde su niñez hasta su adolescencia, hasta su  juventud, hasta el momento actual.  

Podrá comprobar que esas cosas que han sucedido a lo largo de la vida y no se  han comprendido bien, aparentemente pertenecen al pasado. Pero no es así de  ninguna manera. Esas imágenes de situaciones difíciles están actuando en este  mismo momento, aunque no lo advierta. Y, a veces, cuando algo hace recordar  esas situaciones, surgen en usted enormes tensiones.  

Como bien entiende, esta lección es especialmente importante por la profundidad  que tiene el trabajo que ahora acomete.  

Tome nota de su vida, investigue en su memoria, busque las situaciones difíciles  y vaya comprendiendo que esas situaciones son una fuente extraordinaria de  tensión y molestia.  

Una vez realizada su biografía, donde ha tomado debida nota de tales  acontecimientos, usted está en condiciones de ponerse a trabajar.  

Ahora que ya conoce estas situaciones difíciles de su vida, comience por un relax  profundo y vaya evocando aquellas situaciones difíciles para convertirlas en  favorables, según se explicó en la lección anterior.  

Conviértalas en imágenes favorables, alegres. Positivice aquellas situaciones  difíciles de su vida y, al mismo tiempo, vaya relajando completamente sus  músculos.  

Usted ahora lo sabe y puede hacerlo. Una, dos, tres veces, o más si fuera  necesario.  

Proceda hasta que aquellas situaciones difíciles pierdan su carga negativa y sean  convertidas en imágenes favorables, originando de ese modo, relajaciones  profundas y duraderas. 

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LECCION 9  

Técnica unificada de relajación. 

Esta técnica es la que deberá grabarse correctamente y de un modo profundo, de  tal manera que sea la única que se deba aplicar en la vida cotidiana.  

Recuerde: esta técnica va a ser su única aliada en las situaciones difíciles de la  vida. Por lo tanto, no trabaje con ella hasta no tener la absoluta certeza de  dominar todo lo explicado en las lecciones anteriores.  

De no ser así no podrá aplicar automáticamente este procedimiento y, entonces,  no obtendrá los resultados deseados. Por esto, es recomendable que se detenga  y revise nuevamente todo lo hecho hasta aquí, estudiando las dificultades y  perfeccionando el trabajo las veces que sea necesario.  

Tenga perfecto dominio de las lecciones anteriores y, recién entonces,  dispóngase a trabajar para incorporar esta técnica completa de distensión.  

¿Recuerda la lección número cuatro en la que se explicó la experiencia de paz?  De eso se trata, pero proceda del modo que explicaremos a continuación.  

Apriete fuertemente su puño, contraiga muscularmente su puño, evoque la  experiencia de paz y suelte súbitamente la tensión de su mano de manera que  al soltar la tensión, se manifieste la experiencia de paz.  

Comprenda muy bien lo explicado. Usted tensa su puño (siempre el mismo puño,  evocando la experiencia de paz), y suelta súbitamente la tensión de su mano. Al  aflojarla, la experiencia de paz debe hacerse completa.  

Para lograr esto, debe repetir muchas veces este ejercicio, a fin de que la  experiencia de paz quede asociada a ese gesto. Usted tensa al evocar la  experiencia y afloja, súbitamente, produciendo el registro interno de relajación.  

Practique reiteradamente. Una vez que la haya grabado correctamente y pueda  repetirla de un modo más rápido, vaya aplicando la técnica a la vida cotidiana. No  la aplique inútilmente, sino en verdaderas situaciones difíciles, en aquellas en que  es fácil perder la calma.  

Observe que toda situación difícil crea tensión. Aproveche entonces esa tensión  para apretar su mano, trasladando la tensión de esa situación a su puño. Desde  ahí suelte, afloje, y se expresará la completa relajación. De esta manera, logrará  automáticamente encauzar la tensión excesiva. De inmediato, relajará  completamente.  

Recuerde la experiencia de paz, recuerde que en aquellos momentos utilizó  como apoyo la imagen de la esfera transparente, y que, basándose en aquella  imagen logró hacer relajaciones profundas, al ir expandiéndola desde el centro de  su pecho hacia la periferia hasta que tocara luminosamente los límites de su  cuerpo. 

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Si registró correctamente aquella difusión de la imagen hacia los límites de su  cuerpo, entonces obtuvo esa experiencia de relajación, de paz profunda.  

En esta oportunidad, no es necesario que imagine tal esfera, porque ya ha  trabajado suficientemente. Lo que sí necesita obtener es la sensación que se  expande desde el centro de su pecho hasta los límites del cuerpo, logrando una  profunda relajación, que llega desde el interior, hasta los músculos más  externos.  

De manera que, si contrae súbitamente los músculos de su mano en el mismo  momento en que se produce una tensión y evoca la experiencia de paz en el  centro de su pecho, al aflojar los músculos de su mano, aquel se relajará  también completamente. Es decir, pasará la relajación desde el centro de su  pecho hacia la periferia de su cuerpo, logrando de ese modo un relax completo.  

No es difícil comprender este mecanismo pero sí tiene sus dificultades poder  aplicarlo eficazmente. Por esto, es necesario repetirlo gran cantidad de veces, en  diversas situaciones, hasta que quede incorporado de un modo permanente.  

REVISION  

1. Practique rápidamente y en secuencia continua los relax externo, interno y  mental. Luego repita perfeccionando únicamente las dificultades encontradas.  

2. Practique rápidamente la experiencia de paz y luego perfeccione únicamente  las dificultades.  

3. Practique la experiencia de paz en situaciones cotidianas (siempre de  situaciones más simples a más complejas).  

4. Revise su trabajo de imágenes tensas cotidianas perfeccionando las  dificultades halladas.  

5. Revise su trabajo de imágenes biográficas tensas perfeccionando las  dificultades halladas.  

6. Practique la técnica unificada de relajación siguiendo el método de las  situaciones cotidianas más simples (menos tensas), a las situaciones cotidianas  más complejas (más tensas).  

PRACTICAS SICOFISICAS 

La gimnasia sicofísica lleva al aumento del dominio sobre sí mismo en la vida  diaria. Es un sistema de prácticas de autocontrol y desarrollo integral. Tiende a  restablecer el equilibrio entre mente y cuerpo.  

Hablar de salud y fortaleza en el mejor de los sentidos, es hablar de equilibrio.  Para lograr esto, nada mejor que ejercitar al cuerpo y a la mente de modo  simultáneo. 

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Estos trabajos no tienden a lograr un mayor desarrollo muscular, un aumento de  la resistencia o agilidad corporal, como en general si hacen el deporte y la  gimnasia. Tampoco son técnicas modeladoras corporales.  

Los presentes ejercicios permiten al practicante, mediante un sistema de test,  comprender sus puntos de autodominio más débiles. De este modo, si bien habrá  de realizar todas las técnicas propuestas, extraerá de ellas las que resulten de  más difícil ejecución hasta lograr su dominio. He aquí el punto de mayor  importancia.  

Recomendaciones.  

1. Realice los trabajos acompañado de otras personas.  

2. Perfeccione las técnicas que haya seleccionado como de más difícil ejecución  y abóquese a ellas individualmente y en momentos oportunos de la vida diaria.  Cuando conozca los ejercicios, comprenderá cuáles pueden ser esos momentos.  3. Lleve en un cuaderno de notas todas sus observaciones lección por lección.  

LECCION 1  

Posiciones corporales y estados mentales.  

Si ha observado las posturas de una persona deprimida y de otra alegre,  comprenderá rápidamente la relación entre posiciones y estados mentales. Pero  he aquí un punto de máximo interés: así como el estado mental lleva al cuerpo a  posturas determinadas, la posición corporal induce estados mentales. A este  fenómeno lo estudiamos desde otro ángulo, en Relajación.  

Distinguimos dos fenómenos en cuanto a posiciones corporales: 1°. los estáticos  (más generales): de pie, sentado, acostado; 2°. los dinámicos (más generales):  avances, retrocesos, inclinaciones, cambios de marcha y movimientos de  transición.  

Serie 1. Estática corporal. 

B. Póngase de pie, como habitualmente lo hace. Imagine una línea que pasa  verticalmente desde la cabeza hasta el suelo. Comprenderá de inmediato si su  cabeza está mal colocada, si el pecho está hundido, el abdomen fuera de sitio, o  el bajo vientre escondido (y por tanto, los glúteos fuera de línea). No trate de  corregir las malas posiciones. Simplemente, tenga noción de ellas y memorice  bien sus detalles.  

Posteriormente, dibuje en el cuaderno, y tal cual la imagina, su silueta vista de  perfil. Marque los puntos incorrectamente emplazados y comprenda qué debe  corregir. Ahora hágalo: de pie corrija todos los defectos. Verá que esto no es fácil  ya que durante años ha formado malos hábitos en sus posiciones.  

Cuando crea haber adoptado la posición correcta, colóquese de pie tratando de  pegar sus talones y espalda contra una pared. Observe y siga corrigiendo.  

B. Siéntese en una silla como lo hace habitualmente. Recurra a la línea  imaginaria y tenga noción de los errores de posición. Ahora corrija. 

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Por último, pegue los glúteos y la espalda en el respaldo de su silla. Repita varias  veces.  

C. Recuéstese. Afloje los músculos. Observe qué partes del cuerpo quedan en  mala posición o crean fuertes tensiones. Ponga atención en la posición de su  cabeza y espalda. Corrija. Repita varias veces.  

Serie 2. Dinámica corporal. 

A. Camine como lo hace habitualmente. Observe los errores de posición. Camine  luego, tratando de mantener la postura correcta que fijó en el ejercicio anterior.  B. Camine, siéntese y levántese nuevamente, para retomar el andar. Haga todo  eso como acostumbra. Efectúe las mismas operaciones pero en base a las  correcciones del caso.  

C. Manteniendo la postura adecuada, abra y cierre una puerta. Observe si se  "sale" de las posturas correctas. Repita varias veces.  

D. Camine. Inclínese para tomar un objeto del suelo. Camine. Vuelva a inclinarse  para dejar el objeto. Observe si se "sale" de las posturas correctas. Repita varias  veces.  

E. Camine y luego salude a los partícipes. Converse brevemente con ellos.  Camine nuevamente. Observe en qué momentos se "sale" de las posturas  correctas. Repita varias veces.  

Recomience la lección y efectúe de nuevo lo propuesto en las series 1 y 2. Tome  nota de sus observaciones. Llegue a un acuerdo con los otros partícipes, en el  sentido de corregirse mutuamente en las futuras lecciones, cuando se observe en  cualquiera malas posturas.  

Importante: Propóngase aplicar sus resoluciones en la vida diaria hasta la  próxima reunión.  

LECCION 2  

Trabajo de los centros. Tipos humanos. Centro vegetativo.  Cuando una persona sufre cambios emotivos, muchas cosas se alteran en su  interior, entre otras, su respiración. Cuando alguien se emociona, el corazón se  agita y la respiración se hace alta, la voz se entrecorta y también muestra  cambios de tono.  

  

Ciertos estados internos, así como están ligados a posturas corporales, también  lo están a formas respiratorias definidas.  

Algunos individuos que conocen estas relaciones, logran modificar sus estados  de ánimo negativos, asumiendo posturas adecuadas o cambiando la forma  respiratoria. No debe creerse que esas modificaciones se logran  instantáneamente. Todo sucede con un "retardo" de algunos minutos...  Expliquemos esto.  

Si por alguna circunstancia, mi estado emotivo es malo, esto llevará a que mis  ideas se confundan, mis posturas se hagan incorrectas y mi respiración sea  deficiente. Puedo colocarme y hechar a andar, según posturas corregidas que ya  conozca. No obstante, el mal estado mantendrá su inercia por un tiempo. Ahora 

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bien, si mantengo la actitud corporal adecuada, podré comprobar que a los pocos  minutos, mi estado de ánimo empieza a variar favorablemente.  

Otro tanto sucederá si controlo mi forma respiratoria. Previamente, sin embargo,  tendré que observar mi forma habitual y aprender a modificarla.  

Se comprenderá más adelante que, colocándose en las correctas posturas y  manejando un buen sistema respiratorio, las actividades intelectuales, emotivas y  motrices, comienzan a desplegarse equilibradamente. Este es, sin duda, un gran  recurso, pero que requiere de algunas explicaciones.  

En general, decimos que las actividades humanas están reguladas por centros  nerviosos y glandulares. Así, distinguimos:  

A. Centro intelectual: regula la elaboración de respuestas pensadas, la relación  entre estímulos distintos, la relación de datos y el aprendizaje.  B. Centro emotivo: regula los sentimientos y emociones como respuestas a  fenómenos internos y externos.  

C. Centro motriz: regula la movilidad del individuo y las operaciones corporales.  D. Centro vegetativo: regula la actividad interna del cuerpo.  

Los centros trabajan con velocidad diferente, siendo el más lento el intelectual y  el más veloz el vegetativo. En general, un cambio vegetativo modifica el  funcionamiento de los otros centros que responderán a ese cambio con un poco  más de lentitud.  

También actuando sobre el centro motriz, puede modificarse las actividades  emotiva e intelectual.  

Cuando hablamos de corrección de posturas corporales nos apoyamos en ese  hecho. Cuando, en cambio, hablamos de formas respiratorias adecuadas, nos  apoyamos en el centro vegetativo, para que éste modifique la actividad de los  otros centros.  

Cada persona tiende a trabajar más con un centro que con los otros: por ello se  puede hablar de tipos humanos intelectuales, emotivos, motrices y vegetativos (o  instintivos).  

Con los presentes trabajos, queremos lograr que todos los centros hagan su  ejercicio. Partiendo del centro vegetativo , lección por lección, iremos poniendo  en marcha a todos los otros. Cada estudiante podrá entonces, comprender  cuáles son los menos controlados por él y por tanto, sobre ellos habrá de trabajar  con mayor empeño.  

Serie 3. Centro vegetativo. Respiración completa.  

Siéntese correctamente en una silla. Cierre los párpados y afloje los músculos lo  mejor que pueda. Expulse todo el aire sin forzamientos. Luego saque, expanda la  barriga y, en esa postura, comience a aspirar el aire, procurando que la  sensación sea la de "llenar la barriga". Conserve el aire unos instantes y  expúlselo. A esta parte del ejercicio, se la llama "respiración baja". 

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Una vez dominadas las operaciones anteriores, pase desde la aspiración baja a  entrar el vientre, con lo que obtendrá la sensación de que el aire sube al pecho  (esto se refuerza dilatando la caja torácica, al empujar los hombros hacia atrás).  Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio se la llama  "respiración media".  

Finalmente, desde la barriga hasta el pecho y desde allí hacia la parte alta del  mismo, y hacia la garganta (esto se refuerza bajando los hombros y estirando  levemente el cuello). A esta parte del ejercicio, se la llama "respiración alta".  

Haga ahora el ciclo completo de la respiración baja, media y alta con la misma  aspiración, lanzando el aire viciado al final del ejercicio.  

Sintetizando: Sentado correctamente cierre los párpados y afloje los músculos,  luego siga esta secuencia: expulsión del aire; dilatación de la barriga; entrada  baja del aire; subida hacia el centro del pecho; subida a la parte alta; expulsión.  

Al principio, el ejercicio es discontinuo, pero con la repetición se va logrando un  ciclo armónico y continuado de entrada y salida de aire en los tres niveles de los  pulmones, que han trabajado íntegramente al concluir la práctica.  

Cuide que la respiración completa sea cada vez más suave, hasta que elimine  todo esfuerzo en su ejecución.  

Importante: Practique varias veces la respiración completa. Tome nota de sus  dificultades y propóngase trabajar el ejercicio en dos o tres momentos del día,  hasta la próxima lección. De acuerdo a los resultados obtenidos, verá si utiliza  esta forma respiratoria como ejercicio diario en el futuro, o si lo hace cuando  desee equilibrar su estado corporal y mental.  

LECCION 3  

Centros, partes y sub partes. Centro motriz.  

Veamos cómo funcionan los distintos aspectos, las distintas "partes" de su centro  motriz. Pero antes, demos un esquema general de los centros para que tenga  una comprensión más clara de nuestro sistema de prácticas. Ya hemos tocado  globalmente al centro motriz, al corregir la estática y dinámica corporales (series  1 y 2).  

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También, en general, hemos trabajado el "tono" vegetativo, mediante la  respiración completa. Con respecto a este centro, no realizaremos ninguna otra  práctica ya que el sistema general de este, es involuntario. Comprendemos el  metabolismo, la recomposición orgánica, el rechazo por ciertas sustancias, el  crecimiento, etc., como funcionamientos no voluntarios del centro vegetativo.  

Para completar el esquema de los centros, digamos que así como cada uno  admite "partes", cada una de ellas comprende a "sub-partes". Daremos un solo  ejemplo. Para ello tomaremos al centro intelectual.  

Si, por ejemplo, imaginamos una casa y la imagen de la casa es débil (no tiene  "brillo"), es porque falta ejercicio en el elevador de la motricidad del intelecto.  

Ahora bien, si el "brillo" es bueno, pero la imagen de la casa aparece y  desaparece, decimos que falla el mantenimiento, la conservación de la imagen  que, se supone, debe quedar fija. En tal caso, el adhesor de la motricidad del  intelecto, es el que requiere trabajo.  

Por último, si al querer evocar la imagen de la casa aparece otra imagen, o bien  la casa se confunde con otro objeto, decimos que falta trabajo en el selector de la  motricidad del intelecto.  

  

La corrección de esas fallas (que en realidad se producen por falta de ejercicio),  se efectúa repitiendo a intervalos regulares el mismo ejercicio que sirvió de test,  pero ahora con el objeto de hacer trabajar de un modo sostenido esa parte o sub parte, hasta que adquiera nuevos hábitos.  

Este esquema de las sub-partes puede ser aplicado a todos los centros (con la  adecuación de cada caso), pero los ejercicios presentes trabajan simplemente a  nivel de partes.  

Serie 4. Parte motriz del centro motriz  

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A. Hágase lanzar desde corta distancia y con poca fuerza, una pelota muelle.  Esquive. Pida que se repita la operación, aumentando la velocidad. Observe su  velocidad y precisión en el esquive. Tome nota del manejo de sus reflejos.  

B. Siéntese en el piso. Pida a otro partícipe, colocado atrás suyo, que en  cualquier momento dé una fuerte palmada. Responda al ruido súbito, poniéndose  en pie lo más rápidamente que pueda. Repita. Tome nota de su velocidad de  respuesta.  

C. Colóquese en posición de iniciar una carrera (agachado: una pierna  flexionada, la otra más atrás y estirada, las manos en el suelo). Responda a la  palmada de su colaborador lo más velozmente posible, realizando el "arranque"  solamente, ya que no se trata de salir corriendo. Repita. Tome nota de su  velocidad de respuesta.  

D. De pie, cierre los ojos. Avance el pie izquierdo con respecto al derecho, de tal  maneras que el talón del primero toque la punta del segundo. Repita la misma  operación con el otro pie, de manera que vaya avanzando. Trate de no equilibrar  el cuerpo extendiendo los brazos. Cuando logre estabilidad, realice el ejercicio  más velozmente y así de modo progresivo. Mínimamente, debería poder  desplazarse unos dos metros sin abrir los ojos. Tome nota de sus fallas de  equilibrio.  

Serie 5. Parte emotiva del centro motriz.  

Como se ha visto anteriormente, a lo largo de su vida, cualquier persona ha ido  formando malos hábitos en la estática y en la dinámica corporales. No obstante, a  fuerza de repetir ejercicios de corrección y de mantener las nuevas posiciones  aprendidas, los hábitos viciados pueden superarse satisfactoriamente.  

Veremos ahora, cómo los hábitos de las posiciones y movimientos, pueden ser  trabajados a fin de lograr una mayor soltura, dominio y gracia en los movimientos.  Estas prácticas son llamadas de "contradicción motriz".  

A.Siéntese como habitualmente lo hace. Ahora asuma posturas de tal modo que  ninguna de ellas coincida con las habituales. Modifique varias veces tales  posturas hasta que ninguna de ellas se repita. Un recurso interesante es el de  imitar a otras personas. Tome nota de sus dificultades y perfeccione el ejercicio.  

B.De pie. Camine como habitualmente lo hace. Ahora camine de un modo  totalmente desacostumbrado. Utilice el recurso de imitar por ejemplo, a un  anciano, un marinero, etc. Estudie las dificultades de sustraerse a sus hábitos de  movimiento. Tome nota y perfeccione repitiendo.  

C. 1.° Tome asiento frente a una mesa con los puños cerrados e índices  extendidos (éstos se apoyan en la mesa).  

 2.° El índice izquierdo sube y baja, verticalmente, golpeando la mesa.   3.° El índice derecho se desplaza sobre la mesa de izquierda a derecha y a la  inversa.  

 4.° Ambos movimientos se desincronizan. Posteriormente, se aceleran y  complican con dobles y triples golpeteos, etcétera. 

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D.Sentado con las manos sobre las rodillas. Mano izquierda va a la nariz.  Simultáneamente, mano derecha a oreja izquierda. Ambas manos vuelven sobre  las rodillas. Mano derecha a la nariz, simultáneamente mano izquierda a la oreja  derecha, etc. Repita acelerando los movimientos cada vez.  

E. De pie. Mano derecha apoyada en el vientre. Mano izquierda sobre la cabeza.  Mientras desplaza la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj, la mano  izquierda sube y baja sobre la cabeza en perfecto sentido vertical. Invierta luego  el giro de la mano derecha y continúe como en el momento anterior. Cambie  posteriormente el emplazamiento de ambas manos y proceda. Por último, realice  el mismo ejercicio, mientras mueve la cabeza de izquierda a derecha y a la  inversa.  

F.Parado sobre un pie. La pierna que queda sin apoyo, describe movimientos  circulares, mientras ambos brazos se alzan lateralmente a nivel horizontal de los  hombros y luego caen. Posteriormente, se alzan a la misma altura, pero hacia  adelante. Se alterna la pierna, etcétera.  

G. Efectuando el ejercicio anterior, agregue movimientos circulares de cabeza  tratando de mantener el equilibrio. Cuando domine esto, repita, pero cerrando los  párpados.  

Tome nota de las dificultades encontradas en cada ejercicio de esta serie. Repita  corrigiendo.  

Serie 6. Parte Intelectual del centro motriz.  

Esta es una serie que requiere inicialmente mucha atención, mucho "cuidado" en  los movimientos. Tiene la interesante cualidad de perfeccionar la armonía y ritmo  corporal en los desplazamientos.  

A. De pie y con un libro sobre la cabeza, camine lentamente manteniendo  siempre las posturas correctas trabajadas anteriormente.  

B. Camine, siéntese, siempre con el libro sobre la cabeza. Párese, dé gracilidad y  velocidad a los movimientos.  

C. De pie, gire sobre sí mismo. Camine hacia adelante y hacia atrás. Desplácese  lateralmente unos pasos a derecha y luego hacia izquierda. Imprima velocidad  creciente a sus movimientos. Repita la serie varias veces. Tome nota.  

Importante: En esta lección, hay tres series con varios ejercicios cada una.  Sintetice en su cuaderno las observaciones que correspondan a cada serie y a  los ejercicios que le resultaron más difíciles. Tome resoluciones de practicar esos  últimos, hasta la próxima lección.  

  

LECCION 4  

Características del trabajo de los centros. Centro emotivo. 

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A lo largo de las lecciones hemos visto algunas características generales de los  centros; veamos ahora algunas otras y cuestiones que hacen a la relación de  trabajo entre centros.  

La velocidad de los centros es decreciente en sentido ascendente. La velocidad  también disminuye en relación inversa a la atención. Entendemos por "sentido  ascendente" a la secuencia que va desde el vegetativo (más veloz) hasta el  intelectual. Esto vale también para las partes de todos los centros que van desde  la motriz (más veloz) hasta la intelectual.  

En este esquema, la parte más lenta (y también la parte que requiere más  atención) es la intelectual del centro intelectual y, la más veloz , la motriz del  centro vegetativo.  

De acuerdo a lo dicho, cuando se pone atención intelectual a una emoción, ésta  debe enlentecerse y cuando se hace lo mismo con un movimiento corporal, debe  suceder otro tanto. En la práctica no es tan simple, ya que como veremos más  adelante, son los centros "inferiores" los que suelen gobernar a los "superiores" y  no a la inversa. En ese sentido, más fácil es modificar emociones por cambios  motrices (centro inferior con respecto al emotivo), que hacerlo desde el intelecto.  También sucede que las emociones negativas, bloquean al centro intelectual en  su trabajo y lo dinamizan cuando aquéllas son positivas.  

Veamos ejemplos sobre el punto de las velocidades de los centros. Una persona  cruza la calle descuidadamente. En eses momento, un automóvil que se  desplaza velozmente, frena a pocos centímetros de ella. Inmediatamente, ésta  salta hacia un lado mientras registra contracciones musculares más intensas en  el lado expuesto al peligro. También registra una tensión en el plexo solar.  

Después de esto, experimenta que su corazón se agita y su respiración se altera.  Un "frío" recorre su columna vertebral y sus piernas tiemblan (restos de alteración  motriz y emotiva por la anterior descarga de adrenalina en sangre).  

Recién al final de esa cadena de reacciones, que comienza con el salto hacia el  costado (respuesta motriz), sigue con la sensación de miedo (respuesta emotiva),  y considera lo que podría haber sucedido, en imágenes confusas, apretadas y  veloces (respuesta intelectual en su parte motriz).  

Se cierra todo el proceso cuando considera qué es lo que debe hacer dada la  situación (intelectual desplazándose de la parte motriz a la emotiva e intelectual  de dicho centro). Y, con ello, comienza una nueva cadena de reacciones, o bien,  se produce una parálisis total del sujeto como si los centros hubieran quedado  bloqueados, sin carga.  

Si en el momento previo al incidente, el centro sexual (caso particular del  vegetativo, como su colector y distribuidor de energía por todos los otros centros),  hubiera estado en movilización, ahora habría quedado sin energía (consumo de  su carga por sobreactividad de los otros).  

Los centros tienen ciclos de carga y descarga que son desiguales, pero que  configuran el particular biorritmo de cada persona. Esto se observa diariamente, 

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cuando se reconoce que hay horas más adecuadas que otras para el ejercicio de  diferentes actividades. También en plazos más largos puede verse cierta  repetición de actividad mayor y menor en todos los otros centros. En ese sentido,  se pueden seguir ritmos diarios, mensuales y hasta anuales.  

Un centro (y también una parte y una sub-parte) puede trabajar en negativo  (succionando energía a otro) o en positivo (dando energía a otro), hasta que  finalmente se descarga.  

Ningún centro trabaja aislado, sino en estructura con los otros. En tal sentido, al  incorrecto trabajo de un centro, corresponderá un mal funcionamiento en los  otros, de distinta manera según que el centro considerado trabaje en sobrecarga  (desbordando a los más próximos), o en descarga excesiva (succionándolos), o  bloqueando el pasaje de energía de los otros.  

Los centros superiores sólo pueden actuar sobre los inferiores, por sus partes  motrices. Por ejemplo, las ideas abstractas no pueden movilizar al centro  emotivo o al motriz. En cambio, las imágenes pueden activar emociones,  movimientos corporales y a veces producir modificaciones vegetativas.  

Pasemos ahora a trabajar con el centro emotivo.  

Serie 7. Parte motriz del centro emotivo. 

Trataremos de comprender cómo se liberan pequeñas pasiones por algunos  estímulos y luego recurriremos a algunos medios para dominar tales expresiones.  

A. Colóquese frente a frente con otro participante. Suavemente él empujará su  cara hacia atrás, apoyándole una mano en medio de su rostro. Observe que esa  pequeña molestia puede convertirse en indignación si se repite más  violentamente el ejercicio. Cuando haya logrado un cierto nivel de desagrado  recomience el ejercicio, pero ahora tratando de "desconectar" emotivamente al  provocador que tiene adelante.  

Explicaremos el ejercicio de desconexión, que luego aplicará durante toda esta  serie.  

Mire al otro un poco desde arriba, tratando de tensar los músculos que mueven a  las orejas desde atrás, hasta lograr que el otro tome características de "objeto".  Pruebe ahora nuevamente. Repita el ejercicio A, conectando y experimentando la  emoción desagradable conocida. Repita, pero desconecte. Compare ambos  estados. Puede acentuarse el efecto de la desconexión, asumiendo una postura  corporal correcta y realizando algunas respiraciones completas rápidas. Repita  varias veces el ejercicio hasta experimentar algún dominio, ya que puede serle de  suma utilidad en la vida cotidiana, frente a situaciones particularmente molestas.  

B. Pida a los otros partícipes, que lo critiquen públicamente (no importa que las  apreciaciones sean injustas, ya que se trata de trabajar esas molestias emotivas  que movilizan pasiones, a veces descontroladas). Experimentada alguna  molestia, desconecte. Repita el ejercicio varias veces. 

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C. Súbase a una silla y cante a los presentes un aire de moda o bien recite, o  bien póngase en una situación en la que experimente sensación de temor o de  ridículo frente a su público. Esfuércese por desconectar. Repita varias veces.  

D. Estreche la mano de algún partícipe y pídale a aquel que trate de hacerlo reír.  Desconecte. Repita varias veces.  

Se supone que los ejercicios de la presente serie se practican en un medio de  relación que excluye todo exceso o grosería. La idea es clara, no se trata de  excitar fuertes pasiones sino más bien de trabajar con las molestias emotivas que  están a la base de aquellas, manejando gradualmente el interesante sistema de  la desconexión. Trabaje la desconexión en la vida diaria hasta la próxima lección,  tomando nota en el cuaderno sobre las dificultades encontradas.  

Serie 8. Parte emotiva del centro emotivo. 

Trabajaremos ahora tratando de modificar los hábitos emotivos, mediante  prácticas de "contradicción emotiva".  

A. Ya conocemos la relación entre estado de ánimo y postura corporal. Trabaje,  entonces, asumiendo una postura de tristeza total y diga las cosas lo más alegres  que conciba. Mantenga esas actitudes y procure sentir alegría. Ahora proceda a  la inversa. Repita e introduzca variantes. Tome nota.  

B. Siéntese. Coloque ante su vista un objeto que le sea indiferente. Imagínelo  relacionado con algo trágico hasta que experimente algunos sentimientos  negativos. Luego, velozmente, imagine al objeto relacionado con algo cómico.  Observe si es capaz de producir sucesivamente ambos estados de ánimo. De no  ser posible, ayúdese asumiendo las posturas corporales que están relacionadas  con ellos. Recuerde que existe una inercia de algunos minutos, hasta que la  actitud moviliza la emoción correspondiente. Repita varias veces, hasta que  pueda cambiar con fluidez de la óptica trágica a la cómica, con respecto al mismo  objeto. Tome nota.  

C. Recuerde alguna situación de su vida caracterizada por un fuerte sentimiento  negativo. Haga el esfuerzo de seguirla recordando, pero aplicándole la óptica  cómica. Refuerce el trabajo con una correcta posición y una respiración completa.  Repita varias veces. En todos los casos, debe procurar experimentar las mismas  emociones negativas que esas escenas han evocado en otros momentos. Recién  cuando logre ese estado, debe cambiar la óptica y trabajarlo hasta que las  emociones negativas pierdan carga. Recuerde: en el momento del cambio de  óptica, asuma una posición correcta y respire bien. Repita varias veces, hasta  comprobar que puede llegar a controlar esos estados. Tome nota.  

Trabaje a solas algunos sentimientos negativos que le sean molestos por estar  relacionados con personas, lugares, situaciones, etc. Propóngase realizar ese  ejercicio aunque fuera una vez por día hasta la próxima lección.  

Serie 9. Parte intelectual del centro emotivo.  

Estos ejercicios movilizan la parte "intuitiva" del centro emotivo, cosa que no es,  por supuesto, tan sencilla. De todas maneras y alternándose con los otros  partícipes, realice: 

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A. Trate de comprender alguna parte de la vida (de la que no debe tener ningún  dato previo) de algún partícipe. Descríbasela al interesado y pídale luego el grado  de proximidad de su relato con la situación real. Repita la experiencia con otros  momentos de la vida, o bien con referencia a situaciones que la otra persona le  sugiera. Repita el ejercicio con otras personas. Si todos los presentes hacen este  ejercicio, podrá comprobarse distinta capacidad intuitiva en cada uno. Se tendrá  entonces, por comparación, una idea de la propia aptitud en ese campo. Tome  nota luego de ejercitarse y compararse con otros.  

B. Trate de captar qué cosas representan los otros partícipes, sin que ellos le  digan de qué se trata en cada ocasión. Podrán representar animales, objetos,  personajes, o bien situaciones, pero sin palabra alguna. Cada vez que alguien  haga de "actor", el resto tratará de acertar. Verá en este ejercicio, nuevamente,  qué capacidad intuitiva desigual (o qué ejercicio intuitivo desigual) hay entre las  distintas personas. Esto también le servirá para compararse y tener idea de su  medida aproximada. Repita los ejercicios y tome nota.  

Importante: En esta lección hay tres series de ejercicios. Interesa especialmente,  ir ganando dominio de la técnica de desconexión. De todas maneras, sintetice  los resultados de las tres series y estudie cuales son sus mayores dificultades.  Propóngase trabajar la desconexión y la óptica con respecto a emociones  negativas, por lo menos hasta la próxima lección.  

LECCION 5  

Centro intelectual.  

Serie 10. Parte motriz del centro intelectual.  

A. Coloque un objeto delante de usted. Obsérvelo detenidamente en todos sus  detalles, tratando de memorizar perfectamente. Cierre los párpados. Trate de  evocarlo con la mayor fidelidad posible. Abra ahora los ojos y compare la imagen  recordada, con la percepción del objeto que tiene delante. Corrija errores. Cierre  nuevamente los párpados. Trate de recordar fielmente el objeto. Ahora  compruebe si la imagen tiene suficiente fuerza ("brillo"), si se mantiene fija o  aparece y desaparece y, por último, si es siempre la misma o aparecen otras  imágenes en reemplazo de la propuesta. Repita varias veces el ejercicio y tome  nota de los defectos en la conformación de sus imágenes.  

Dado el caso de que no aparezcan imágenes visuales en su representación,  comprenda que es por falta de ejercicio. También, en casos extremos, esto  puede deberse a algún bloqueo producido por algún acontecimiento grave  ocurrido en su vida. Esta suerte de "ceguera" de imágenes, puede corregirse por  la práctica sostenida de este mismo ejercicio. Si presta atención a sus sueños  verá que en ellos han aparecido imágenes visuales en más de una oportunidad,  por tanto, está en condiciones de poder trabajar con ellas. Repetimos que con la  ejercitación, estos defectos se corrigen. La ausencia de imágenes visuales  coincide a veces, con la sensación de "falta de conexión con el mundo". Importa  pues, el dominio de esta práctica. De todas maneras, hoy se reconoce el  predominio de un sistema de imágenes sobre otro en distintas personas. Así, hay  quienes son fuertemente auditivos o táctiles o kinestésicos y su "ceguera" de  imágenes visuales no les comporta problema cotidiano alguno 

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B. Coloque dos objetos delante suyo. Trabájelos del modo indicado en el ejercicio  anterior. Posteriormente, " borre" uno y deje sólo al otro en su representación.  Proceda a la inversa. Borre ambos y manténgase brevemente en una especie de  "mente vacía". Retome las representaciones e introduzca variantes. Tome nota.  

Serie 11. Parte emotiva del centro intelectual.  

Efectuaremos algunas prácticas en las que pueda verse el estado de nuestro  interés o adhesión intelectual. Hay personas a las que les cuesta interesarse por  temas intelectuales; hay otras, en cambio, que no pueden desadherirse,  "despegarse" de ellos. Por último, hay quienes quedan fijados a ciertos temas de  modo obsesivo.  

A. Tome un libro. Lea en silencio tratando de comprender al máximo. Ahora lea  sin captar el significado, es decir, como si paseara simplemente la vista por los  renglones. Efectúelo nuevamente, pero con la ayuda de otro partícipe. Este, cada  cierto tiempo, dará una palmada. Entonces, se conectará el significado de la  lectura. A otra palmada, se responderá leyendo desconectadamente. Repita y  tome nota.  

B. Efectúe la siguiente práctica de "contradicción intelectual". Dos colaboradores  se sentarán a sus lados con sendos libros que tratarán temas completamente  diferentes. Comenzarán a leer en voz alta simultáneamente. En esa situación,  trate de comprender la lectura que menos le interesa, desconectando la más  interesante. Luego proceda a la inversa. Recomience, etc. Todo ello podrá  hacerlo con mejores resultados, si un tercer colaborador da palmadas cada tanto  marcando de ese modo, el cambio de actitud o de interés por una lectura u otra.  Repita varias veces. Tome nota.  

C. Del mismo modo que en el ejercicio anterior, sólo que ahora tratará de  entender los dos textos simultáneamente. Terminado un período de lectura  simultánea, trate de comentar en voz alta todo lo que recuerde. Comprobará que  su atención se dirigió mecánicamente hacia el tema de mayor interés. Practique  nuevamente hasta lograr cierta simultaneidad en la atención sobre las dos  lecturas, o por lo menos, cierta alternancia que le permita luego reconstruir los  dos textos sin mayor predominio de uno sobre el otro. Repita varias veces y tome  nota.  

Serie 12. Parte intelectual del centro intelectual.  

Pondremos ahora, en marcha, la parte del centro encargada de las abstracciones  intelectuales y de los mecanismos lógicos. La mejor forma de hacerlo es  enfrentando dificultades aparentemente insolubles. Ello nos permitirá comprender  nuestro orden y ajuste en el razonar.  

A. Considere esta aporía clásica. "Una flecha que ha sido disparada en un  momento dado está donde está o está donde no está. Lo segundo es imposible,  luego la flecha está donde está... Por lo tanto no se mueve". Comente en voz alta  a los partícipes cual es su razonamiento. Deje que los otros hagan lo mismo. No  se preocupe tanto de la solución sino del orden y precisión de los juicios y  razonamientos. Tome nota. 

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B. Considere este paradoja de la lógica moderna "En un lado de una tarjeta hay  una proposición que dice: 'la proposición del otro lado es verdadera'. Al dar vuelta  la tarjeta se lee: 'La proposición del otro lado, es falsa'. "Tenga en cuenta estas  preguntas y responda a ellas: ¿Puede ambas proposiciones ser falsas? ¿Pueden  ser verdaderas? ¿Es que una es falsa y la otra verdadera? ¿Es que toda la  paradoja es falsa? ¿Es que toda la paradoja es verdadera? No importa la  solución. Discuta en voz alta. Permita que cada partícipe haga lo mismo. Observe  la precisión y orden de los juicios y razonamientos. Tome nota.  

Importante: En esta lección hay tres series de ejercicios. Es de interés que  perfeccione sobre todo su sistema de imágenes. de manera que si allí hubiera  encontrado dificultades, deberá esmerarse en superarlas a fuerza de repetir los  ejercicios propuestos en la serie n.10.  

LECCION 6  

Perfeccionamiento atencional.  

Una buena disposición para el aprendizaje, una buena memoria, un aumento de  la permanencia en los propósitos y, en suma, el crecimiento de la capacidad de  cambio, dependen de la atención.  

La serie de ejercicios que damos a continuación es de suma importancia. Se  basa en el trabajo de la atención utilizando tareas motrices "pretextos", es decir,  tareas que no tienen importancia en si mismas, sino en tanto permiten el ejercicio  de la atención.  

Generalmente, las tareas "pretexto", no tienen utilidad en si mismas. Provocan  fatiga corporal y molestia emotiva, por cuanto repetir operaciones materiales de  las que no se obtiene ningún beneficio a la vista, es ciertamente desalentador.  Sin embargo, estas prácticas tienen mucho sentido si se las trabaja a fin de  perfeccionar la atención. Esta facultad irá perfeccionándose a medida que se  sobreponga a la fatiga motriz y a la molestia emotiva.  

Demos un ejemplo. Si una persona abre un pozo profundo y posteriormente lo  tapa, realiza un trabajo materialmente inútil. Conociendo el ejercicio, esa persona  no pondrá mucho interés en la perfecta ejecución de esa tarea. Sin embargo, el  deporte desinteresado y la gimnasia, trabajan aproximadamente de ese modo  aún cuando hay otros incentivos de por medio: competencia, beneficio físico,  etcétera.  

En los trabajos "pretexto" no hay beneficio físico a la vista, ni existe el incentivo  de la competencia. Visto desde afuera, alguien que efectúa esas operaciones,  muestra un comportamiento absurdo. No así quien realiza un deporte o cualquier  tipo de gimnasia.  

Serie 13. Atención simple.  

Tome diversos y numerosos objetos de la habitación y llévelos a un solo punto  apilándolos u ordenándolos del modo más perfecto posible. Una vez hecho esto,  devuélvalos exactamente a su punto de origen. Repita esta operación muchas  veces. Observe cómo la repetición y la fatiga van desmejorando su propósito y  cómo va desatendiendo, a medida que pasa el tiempo, a las ejecuciones de  movimientos perfectos. 

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Ese el esquema de un ejercicio "pretexto". Podríamos utilizar otro como el  mencionado anteriormente (el del pozo). Por cierto que si se cuenta con una  buena batería de tales recursos, el trabajo se hará más interesante. También  puede contribuir a esto, el ambiente al aire libre en el que pueden efectuarse  prácticas numerosas.  

Tomando por base cualquier trabajo pretexto, pasemos al ejercicio específico de  la atención simple.  

Se efectuará el trabajo pretexto respetando al máximo las correctas posiciones  corporales aprendidas anteriormente, al tiempo que la atención esté dedicada  exclusivamente al trabajo que se efectúe. Para que la atención esté siempre  requerida, se evitarán los movimientos rítmicos o monótonos que llevarían a  pensar en otras cosas. Se comprende que serruchar, por ejemplo, es un ejercicio  monótono, inadecuado como trabajo pretexto.  

Serie 14. División atencional.  

Efectúe diversos trabajos pretexto, siempre en perfecta actitud corporal, pero  atendiendo simultáneamente a la sensación de la pierna derecha y a lo que está  haciendo. Repita, pero con la pierna izquierda. Nuevamente, pero con la mano  derecha. Por último, con la mano izquierda. En todos los casos, con el mismo  trabajo pretexto.  

Serie 15. Atención dirigida.  

En perfecta actitud corporal, efectúe varias veces el mismo trabajo pretexto,  tratando cada vez de poner más atención en sus movimientos. De este modo a la  mayor fatiga y consecuente disminución de la facultad atencional, se las  enfrentará con una mayor dirección de la atención. Por supuesto, que estamos  hablando de esfuerzos razonables y no de superesfuerzos que llevan a un  sufrimiento totalmente negativo. En estas cosas, el sufrimiento no es formador  sino deformante. Repita varias veces el ejercicio, dirigiendo crecientemente su  atención. Cuando la mecánica atencional no responda adecuadamente,  descanse plácidamente. Luego, retome de nuevo.  

Importante: Trate en la vida diaria de poner atención creciente a su trabajo  cotidiano. En tal sentido, también las ocupaciones cotidianas pueden convertirse  en interesantes trabajos pretexto, útiles para el desarrollo de la atención.  

REVISION  

1. Estudie todas las notas tomadas lección por lección. Observe si se repiten las  dificultades en las mismas partes de distintos centros, por ejemplo, en las  emotivas.  

2. Haga un cuadro con los cuatro centros estudiados, en donde cada uno  aparezca dividido en sus tres partes. Sintetice en cada espacio en blanco sus  observaciones.  

3. Teniendo en cuenta el cuadro, saque conclusiones sobre sus dificultades.  4. Tenga en cuenta ahora el defecto mayor descubierto a lo largo de todas las  lecciones y propóngase trabajarlo hasta que quede superado. Fíjese plazos y  organice un cierto horario para practicar por su cuenta, sobre la base de los  mismos ejercicios que utilizara como test. 

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PRACTICAS DE AUTOCONOCIMIENTO 

Con el autoconocimiento vamos a estudiar nuestros aspectos negativos y,  también, vamos a descubrir cualidades que deben ser fortalecidas. Lo uno y lo  otro no suele estar muy claro para la mayoría de las personas, por cuanto estas  no han contado con un buen sistema de estudio sobre ellas mismas.  

El autoconocimiento es un instrumento de primera importancia ya que impulsa en  el sentido del cambio positivo y consciente. Desde luego, que también  acompañan a estos trabajos no pocas decepciones al ponerse de relieve  muchas fallas consideradas, hasta ese momento, como notables méritos.  

No se debe creer que, para conocerse, uno tenga que sentarse a meditar. Para  conocerse, es necesario estudiarse a sí mismo con referencia a situaciones, en lo  posible, de la vida cotidiana. Por ello, es bueno considerar qué cosas le han  sucedido a uno en el pasado; en qué situación actual vive y qué desea lograr en  el futuro. Son muchas las personas que no podrían responder seriamente si se  les preguntara por estos tres temas: no saben bien qué cosas han influido  decisivamente en sus vidas, no comprenden en qué situación viven, ni tienen en  claro qué desean lograr en el futuro.  

Nos ocuparemos de todas estas cuestiones, siguiendo un original método en el  cual la parte más importante queda a cargo del estudiante. De la completa  realización de los ejercicios que proponemos, dependerá su progreso.  

Recomendaciones.  

1. El autoconocimiento está concebido para que no se pase de una lección a la  siguiente, hasta que aquélla no esté perfectamente comprendida y dominada.  2. Dominar cada lección, significa realizar pulcramente los ejercicios propuestos  y sacar consecuencias de lo ejecutado.  

3.Estas consecuencias, deben ser elaboradas en un cuaderno o libro de notas,  consignando cada ejercicio, cada descubrimiento realizado y cada propósito que  se determine para modificar los aspectos que se consideren negativos.  4. En el cuaderno de notas, se llevará el autoexamen lección por lección, y ello  permitirá tener la secuencia del progreso que se realiza. Por otra parte, los  resultados de una lección, luego se trabajan en cotejo con los de otra y por  último, a los efectos de la revisión final, se trabaja combinando diversos  resultados particulares.  

5. Se ha de trabajar siempre con otras personas, ya que son muchos los  ejercicios que requieren del punto de vista de otros partícipes.  

LECCION 1  

Análisis de situación. Tensiones y climas. 

Pregúntese: "¿En qué situación vivo?" Hágalo, pero ordenadamente. Describa  con claridad su situación en función de: edad, sexo, trabajo, hogar, salud y  amistades. En todos esos casos, aclare las tensiones más desagradables que  sufre. 

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Considere ahora, en qué "climas" mentales vive. Entienda por "climas", las  sensaciones más globales y, a veces, más irracionales que sufre: clima de  desamparo, de violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.  

Avance un paso más. Si ha descripto con claridad, su situación actual en función  de edad, sexo, trabajo, etc. y ha descubierto en cada caso, las tensiones que  operan, haga otro tanto con los climas.  

Discuta todo lo anterior con los otros partícipes y dispóngase a realizar el  siguiente ejercicio:  

Ejercicio 1.  

Abra varios renglones en su cuaderno, consignando sucesivamente, las  situaciones vitales y al lado de cada una de ellas, haga consideraciones muy  breves y precisas. Una vez completado el cuadro, sintetice.  

Damos a continuación un ejemplo totalmente arbitrario.  

Edad: 50 años. Irritación al comprender la pérdida gradual de energía. Temor de  perder el actual trabajo. Desolación frente al futuro. Reconciliación por la  experiencia ganada. Frustración por haber desaprovechado numerosas  oportunidades, etcétera.  

Sexo: Femenino. Comprensión desapasionada del matrimonio. Tensión por lograr  que los hijos hagan lo que no pude hacer. Clima de necesidad de apoyo  indefinido, tal vez en mi marido, etcétera.  

Trabajo: Bien remunerado. Temor a ser desplazada por los subalternos. Violencia  por la falta de consideración a mis méritos. Clima indefinido de "paredes que se  cierran", etcétera.  

Hogar: Casa sin intimidad por las amistades de mis hijos y marido. Necesidad de  vivir más alejada del centro urbano. Clima de asfixia que se justifica por el  problema del smog. Horror a la contaminación y a la suciedad, etcétera.  

Salud: Soy la más fuerte de la familia, eso me crea tensión por tener mayores  responsabilidades con el conjunto. Inconcebible sentimiento de culpa por la  fragilidad de los demás. Temor a una enfermedad fatal y difuso sentimiento del  apoyo que recibiría en caso de enfermedad. Ambivalencia, etcétera.  

Amistades: Pocas, salvo las de los otros miembros de la familia que encuentro  criticables. Reuniones formales con miembros de la empresa. Participación fría  con algunos conocidos en ciertos servicios religiosos (matrimonios y  defunciones). Rechazo por las reuniones de cumpleaños o año nuevo. Clima de  nostalgia por las amistades perdidas de mi juventud, etcétera.  

Síntesis: Irritación conmigo misma por no haber hecho otro tipo de vida.  Tensiones por falta de reconocimiento hacia mi persona. Climas de temor al  futuro, soledad, encierro. Desesperación y confusión de sentimientos frente a una  enfermedad fatal. Conformidad por la experiencia ganada y por algunos logros.  Quisiera superar el resentimiento hacia muchas cosas y personas del pasado.  También necesito disipar el temor al futuro que es cada día mayor, etcétera. 

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Realizado el ejercicio, con sus anotaciones reales, saque consecuencias de tal  situación y formule propósitos útiles. Observe que no es luchando contra los  factores negativos, sino ampliando los positivos que descubre la mejor forma de  hacer evolucionar su situación.  

LECCION 2  

Autobiografía.  

Si ha comprendido y practicado la lección n.o 1, no tendrá dificultad en reconocer  que muchos aspectos de su situación actual, están determinados por su vida  pasada. Es decir, que su historia personal no es cosa de poca importancia. Su  pasado influye actualmente, en primer lugar porque la situación de hoy está  armada de este modo gracias a lo que se ha venido realizando. En segundo  lugar, porque su pasado actúa no solamente en los hechos sino también en su  memoria.  

Muchas cosas pasadas quedan actuando como recuerdos, y así, numerosos  temores, inseguridades, etc., son resultado de experiencias pasadas  desagradables que siguen operando influyendo en el momento actual.  

Casi toda la gente va superando etapas de su vida, pero también hay situaciones  y anécdotas (muchas de ellas sumamente dolorosas) que esas personas, no han  comprendido totalmente. Han preferido no volver sobre su pasado.  

Sabemos que si no se reconsideran las experiencias pasadas que no lograron  integrarse, quedan presionando acompañadas de climas perturbadores.  

No es agradable recordar ciertos accidentes o situaciones biográficas tristes, pero  se debe comprender que hay que trabajar esos recuerdos tratando de integrarlos  al conjunto de la vida. En la conciencia no puede haber "islas", sino que todo  debe estar razonablemente comunicado entre sí. De este modo, le proponemos  que conecte los elementos que recuerde de su pasado (aún los más  desagradables), para que esas "islas" sean también exploradas y se incorporen  al terreno de la experiencia útil.  

El estudio autobiográfico toma algún tiempo. A medida que lo desarrolle  comprobará que uno tras otro surgen recuerdos ya dados por perdidos hace  mucho tiempo. También quedarán algunos vacíos que será necesario llenar con  la ayuda de familiares o amigos que pudieran recordar los acontecimientos  buscados.  

Realice su trabajo en base al esquema siguiente.  

Ejercicio 2  

A. Escriba en su cuaderno un extenso relato de su vida.  

B. Ordene posteriormente la secuencia biográfica en columna y año tras año.  C. Coloque luego, al lado del dato biográfico, los tres elementos siguientes que  alcance a recordar: 1. Accidentes. Considerando a éstos como enfermedades y  circunstancias involuntarias que han tenido importancia o han operado cambios. 

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También se debe considerar accidentes a los factores que hicieron desviar  proyectos de alguna importancia. 2. Repeticiones. Son situaciones similares que  a lo largo de la biografía aparecen más de una vez. Estas se obtienen,  lógicamente, al comparar distintos años entre si. 3. Cambios de etapa. Se  producen al pasar por ejemplo de la niñez a la juventud; o de la juventud a la  madurez. Suelen ser modificaciones en el estilo de vida llevado hasta ese  momento. A veces, también se producen alteraciones radicales en los intereses  vitales. Cada persona puede reconocer verdaderos "cambios de rumbo" en  ciertos momentos de su vida. Esos cambios pueden ser abruptos o graduales y  eso es lo que se pesquisa en el presente punto.  

D. Realice, por último, la síntesis biográfica tratando de resumir y extraer lo más  significativo de todo el material.  

Daremos un pequeño ejemplo de lo explicado.Sobre la base de un amplio relato  de la propia vida (y cuanto más extenso mejor), puede organizarse un cuadro de  este tipo:  

:  

Puesta la biografía en cuadro, hasta el momento actual, habrá que extraer los  accidentes, repeticiones y cambios de etapa que se han ido consignando.  

Ahora se está en condiciones de hacer un relato muy sintético, considerando  únicamente lo más determinante y los factores accidentales, repeticiones y  cambios de etapa.  

Debe trabajarse la síntesis varias veces, hasta obtener una estructura coherente  que permita comprender cómo se ha formado la situación actual y cómo se  desarrollaría un posible futuro, de seguir en marcha tendencias que tienen su  origen en el pasado.  

LECCION 3  

Roles. 

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No comience esta lección si no ha completado sus estudios biográficos.  

Revisaremos ahora, los "papeles" (roles) que debe uno representar en distintas  circunstancias de la vida diaria.  

Esos "papeles" son importantes porque permiten ahorrar energía (ya que son  sistemas de comportamiento codificados) y facilitan la adaptación al medio social.  A veces estos roles están mal configurados, o bien no se cuenta con roles  adecuados para circunstancias nuevas. Por último, puede haber confusión de  roles cuando se asume el comportamiento último, y puede haber confusión de  roles cuando se asume el comportamiento propio de una situación, en otra que  no corresponde.  

La gente muy joven cuenta con pocos roles y, en cambio, las personas de más  edad, pueden poseer un buen repertorio de ellos, pero muchos pueden estar mal  configurados o confundidos en las distintas situaciones. En todo caso, la  corrección de roles exige un trabajo muy sostenido ya que ese comportamiento  ha echado fuertes raíces a lo largo del tiempo.  

Cuando complete el estudio de sus roles, será conveniente que lo revise  cuidadosamente y establezca las relaciones que le permitan ganar en  comprensión acerca de su situación y de su comportamiento como respuesta a  ella. Recuerde que el rol del profesor que, por ejemplo, cumple una persona, no  nos dice demasiado a menos que se explique de qué manera se realiza ese  cumplimiento. Es decir, puedo ser un buen o mal profesor, puedo tener un  comportamiento despótico o amable, puedo ser persuasivo, exigente o  complaciente, etcétera.  

Sucede, por último, que no obstante los distintos roles que cumplo en la vida  diaria, todos ellos pueden ser reducidos a una cierta actitud básica que explica en  gran medida por qué algunos de ellos están mal conformados, o por qué otros  están confundidos, o por qué algunos otros me son tan difíciles de dominar. Este  punto de la actitud básica debe ser determinado al final de este trabajo y como su  síntesis.  

Ejercicio 3.  

Damos el ejercicio a modo de ejemplo para que el estudiante lo llene con sus  propios datos posteriormente.  

Trabajo. Rol de jefe enérgico, etc. Rol de subordinado llevado con cautela,  etcétera.  

Hogar: Rol de padre severo parecido al de jefe en el trabajo, etcétera.  

Amistades: Rol de jefe con las amistades de menor "estatus". Rol de consejero,  con las de mayor "estatus", etcétera.  

Sexo opuesto: Rol de joven despreocupado, etcétera.  

Situaciones nuevas: Rol de observador silencioso y crítico mordaz , etcétera. 

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Situaciones difíciles: Rol de acompañante, nunca de jefe, etcétera.  

Actitud básica: De seguridad mal compensada. Temor al cuestionamiento.  Desplazamiento del cuestionamiento esgrimiendo actitudes seductoras.  

Debe extraerse la actitud básica de las coincidencias en la forma de jugar los  roles. Habrá también que explicar en qué casos aparecen los roles mal  configurados, confundidos y otros para lo que no se cuenta con respuesta. Por  último, será necesario comparar este trabajo con el ejercicio 1.  

No deje de anotar en su cuaderno todas las observaciones.  

LECCION 4  

Círculos de prestigio.  

La determinación de los prestigios tiene importancia porque explica qué tipo de  valoraciones hace cada persona de las situaciones en que vive y qué ubicación  trata de lograr en ese sistema de valoraciones. Si, por ejemplo, el valor más  destacado para alguien fuera el de la "amistad" y el de menor importancia el del  "saber", podría realizar una escala de prestigios en la cual los dos valores  mencionados estarían en los extremos y otros se ordenarían gradualmente entre  ellos.  

Ejercicio 4.  

Realice su escala en círculos concéntricos. En el menor (que es el más  importante), coloque el prestigio de más valor y en el mayor el de mínimo interés.  

Ejemplo.  

Estos valores que hemos puesto en el ejemplo, serán modificados de acuerdo  con sus apreciaciones. Cuando tenga alguna duda en la elección entre dos  prestigios, imagine cuál le causaría mayor problema en caso de fallar: ése será  entonces, el más importante.  

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Le recomendamos que realice este ejercicio varias veces, cambiando el orden de  los prestigios (o bien colocando otros nuevos), hasta que tenga la sensación de  un correcto armado.  

Una vez concluido el ejercicio, cotéjelo con su análisis de situación (ejercicio 1) y  con el estudio de roles (ejercicio 3). En ese momento, comenzarán a surgir  relaciones en las que cosas tan aparentemente distintas cobrarán unidad,  explicando mucho de su conducta y de sus contradicciones actuales, pero  también dándole una nueva perspectiva para robustecer sus aspectos positivos.  

Trate de discutir las relaciones establecidas con otros partícipes.  LECCION 5  

Imagen de sí.  

Una cosa es la imagen o impresión que uno desea causar en otros (y eso en  buena medida aparece en la forma en que se interpretan los roles) y otra cosa es  la impresión, la imagen de sí mismo que uno tiene. Es como preguntarse: "¿Qué  pienso yo acerca de mi persona?" Recuerde, no es lo mismo preguntarse eso  que preguntarse por la impresión que se quiere causar a otros.  

La mejor forma de comprender la imagen de sí consiste en proceder por  descarte, por eliminación. Cuando elimine, en este estudio, alguna facultad o  posesión y comprenda qué problema le traería tal cosa, podrá comprobar que la  imagen de sí mismo tiene fuertes cargas compensatorias que trabajan así para  darle una cierta seguridad en la vida. La imagen de sí es de utilidad para  autoafirmarse, pero debe comprenderse que su raíz, a veces, descansa en  carencias o defectos compensados.  

Ejercicio 5.  

Pregúntese: "¿Qué sería para mí la pérdida mayor en cuanto a facultades se  refiere?" y luego dígase: "acaso la inteligencia, o el saber, o la belleza, o la salud,  o la bondad, o la sensibilidad..., etcétera”.  

Conociendo el sistema de trabajo organice una escala en círculos concéntricos  como en la lección anterior, emplazando en el círculo menor la facultad más  importante y luego, gradualmente, las de menor relevancia.  

Por cierto que habrá que modificar parcial o totalmente las facultades que figuran  en el ejemplo que damos a continuación.  

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Una vez realizado el ejercicio, pregúntese si verdaderamente trata de  perfeccionar esas facultades que tanto aprecia. De acuerdo a sus respuestas  tendrá una interesante medida de su conformidad o satisfacción con la imagen de  sí.  

Coteje este ejercicio con el 4 y trate de establecer correspondencias entre la  imagen de sí y sus círculos de prestigio. Haga relaciones, vea cómo compensa  sus deficiencias y trate de discutir todo esto con las personas que están en el  mismo trabajo.  

Cuando haya terminado la tarea, plasme en su cuaderno resoluciones o  sugerencias a cumplir, para corregir o mejorar la imagen de sí.  

LECCION 6  

Ensueño y núcleo de ensueño.  

Seguramente habrá notado que hay momentos en la vida diaria en los que uno  parece soñar despierto. Cuando se tiene hambre a veces se "sueña" despierto  con determinados alimentos. Esto es válido casi siempre que se presentan  necesidades o deseos y median algunas otras circunstancias que comentaremos  más adelante. A esos sueños despiertos le llamamos "ensueños". En general,  los ensueños sirven para compensar carencias o resolver dificultades  imaginariamente. Con ellos, se produce una momentánea disminución de  tensiones molestas.  

Ahora bien, cuando se trata de dificultades momentáneas (como en el caso del  hambre y el ensueño de los alimentos), decimos que actúan ensueños  compensatorios secundarios, situacionales. Pero si el caso del hambre fuera para  alguien algo continuo, o bien la situación económica pusiera a esa persona frente  a la amenaza del hambre cotidianamente, tales ensueños de alimentos pasarían  a ser primarios.  

En nuestros estudios, importan los ensueños primarios, ya que ellos tienden a  dirigir muchas de nuestras actividades, al tiempo que contribuyen a las descargas  de tensiones permanentes.  

Las mejores formas de rastreo de los ensueños primarios consisten en atender a  esas imágenes, esas divagaciones que se forman cuando uno está por dormir o  al despertar, es decir en el nivel de conciencia de "semisueño". Pero también  aparecen estas imágenes y son de fácil rastreo en el nivel de "vigilia" (de  despierto), cuando se experimenta fatiga. El rastreo de los ensueños primarios en  el nivel de conciencia de sueño, es más difícil porque allí las imágenes que  surgen como "sueños" a veces son los mismos ensueños primarios y a veces son  ensueños secundarios de situación (compensaciones de sed, hambre, calor,  malas posiciones del cuerpo, etc.). 

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Hay otras formas de efectuar estos rastreos y son las que vamos a proponer  inmediatamente como ejercicios.  

Ejercicio 6.  

Tome nota de las imágenes o los ensueños que se repiten a menudo en  semisueño, o en vigilia cuando se encuentra fatigado.  

Ejercicio 7.  

Coloque a un metro de distancia una bujía encendida. Procure que la habitación  quede iluminada sólo por esa fuente de luz. Haga descansar la vista en la llama  de la bujía por unos diez minutos. Tome nota de las imágenes y luego escriba  una corta historia sobre la base de esas imágenes que pueden, o no, tener  conexión entre ellas.  

Ejercicio 8.  

Funda un trozo de plomo y, en ese estado, láncelo rápidamente en agua fría. El  plomo mostrara inmediatamente, formas caprichosas. Coloque el objeto en una  mesa a unos cincuenta centímetros de distancia. Pasee la vista, sin forzamientos,  hasta encontrar "figuras", acerca de las cuales escribirá un relato como si se  tratara de un cuento.  

Ejercicio 9.  

Coloque pequeños trozos de algodón sobre un género negro de unos veinte  centímetros de lado. Pasee la mirada hasta descubrir "figuras". Haga el relato  escrito... cuente la historia que todo ello le sugiere.  

Realizados los cuatro ejercicios, tenga en cuenta qué imágenes se repiten. Las  imágenes repetidas serán los ensueños primarios permanentes. Si no ha  obtenido repeticiones debe insistir en los ejercicio hasta que estas aparezcan.  

Los ensueños primarios que haya logrado determinar, deben ser estudiados en  relación a la situación actual que se está viviendo. En ese sentido, habrá que  preguntarse qué es lo que están compensando esos ensueños descubierto en el  rastreo.  

Compare, posteriormente, los relatos (no ya las imágenes repetidas). Estos  podrán ser diferentes pero delatarán un clima mental común . Este clima común,  que seguramente coincidirá con el clima mental en que se vive habitualmente,  develará el núcleo de ensueño.  

La determinación del núcleo de ensueño es de gran importancia ya que es ese  núcleo, el que refleja el problema básico en que se vive.  

El núcleo de ensueño es un clima mental básico, que hace surgir ensueños  primarios compensatorios (como imágenes que descargan las mayores tensiones  internas y, al mismo tiempo, esas imágenes orientan conductas hacia el mundo).  

El núcleo de ensueño, puede determinar las actividades básicas de una persona  durante largo tiempo, a través de las imágenes (ensueños primarios) que surgen  para compensarlo. Inversamente, cuando por cambio de etapa vital (infancia,  juventud, etc.), o por accidente, o por modificación abrupta de situación, se altera 

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el núcleo de ensueño, también lo hacen los ensueños primarios compensatorios y  con ello cambia la dirección de las actividades del ser humano.  

Hay personas cuyo núcleo (cuyo clima mental básico) ha quedado fijado a una  etapa muy primaria de su vida. En ellas observamos esos rasgos propios de otra  época que no es la que le toca vivir. Por el contrario, cuando en poco tiempo,  vemos un gran cambio en una persona, una actitud casi opuesta a la que  conocíamos de ella, podemos inferir que ha desaparecido un núcleo y ha surgido  otro diferente en su reemplazo. Ha cambiado consecuentemente, el sistema de  ensueños primarios y, por tanto, su conducta y enfoque de la realidad.  

El correcto estudio de esta lección y el trabajo con los ejercicios que en ella se  propone, son de fundamental importancia. Muchos descubrimientos hechos aquí,  permitirán estructurar de un modo coherente las conclusiones obtenidas en las  lecciones anteriores.  

Conviene ahora, volver la atención sobre la biografía y tratar de determinar en  qué momentos de la vida se produjeron cambios de núcleos que necesariamente  se tradujeron como cambios de etapa profundos.  

REVISION 

Organice la siguiente ficha:  

FICHA DE AUTOCONOCIMIENTO  

Situación actual (síntesis):..............................................  

Roles (actitud básica):....................................... .............  

Círculos de prestigio (compensaciones):........................ ..  

Imagen de sí (compensaciones):.....................................  

Ensueños primarios (compensaciones):.............................  

Núcleo de ensueño (compensación básica):....................  

Biografía (accidentes):....................................... .............  

Biografía (repeticiones):..................................................  

Biografía (cambios de etapa):..........................................  

Biografía y núcleo (relaciones):........................................  

Conviene que las consideraciones escritas en la ficha sean precisas y escuetas.  

Con la ficha convenientemente completada, tome cada uno de los puntos y  cotéjelo con los otros nueve restantes. Anote en su cuaderno los resultados.  

Ahora está en condiciones de intentar alguna modificación referida a tendencias y  proyectos futuros. Para comprender sintéticamente esto, organizaremos una  segunda ficha que habremos de trabajar siempre en relación con la anterior.  

FICHA DE PROYECTO  

Proyectos vitales a corto plazo...............................  

Proyectos vitales a mediano plazo.............................  

Proyectos vitales a largo plazo............................... 

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Motivos de los proyectos (relación con ficha anterior):......  

Posibles desvíos de proyectos (sobre la base de la ficha anterior):..  Correcciones o ajustes necesarios de proyectos........................  Observaciones.................................................  

Al comprender los ensueños y los proyectos como insuficiencia compensadas,  muchas personas sufren algunas decepciones consigo mismas. El  autoconocimiento propone acercarse a los factores negativo, pero sobre todo  trata de reforzar cualidades interesantes que pueden estar "asfixiadas"  precisamente por compensaciones imaginarias. Sucede en general, que las  imágenes o los proyectos basados en ensueños compensatorios, provocan una  cierta relajación y el ser humano se aferra a ellos por ese hecho. Pero la realidad  va más allá y a medida que pasa el tiempo, los ensueños se van desfasando de  la situación que a cada uno le toca vivir. Ello va generando sufrimiento y  contradicción.  

Un buen trabajo de autoconocimiento, no deja simplemente en la situación de  comprender fallas básicas, sino que excita a la formulación de propósitos cabales  de cambio.  

SEGUNDA PARTE  

OPERATIVA  

Revisión de trabajos anteriores.  

En relajación se trabajó sobre la base de relax físico externo, interno y mental.  Luego se continuó el sistema utilizando imágenes; tales los casos de la  experiencia de paz y la conversión de imágenes cotidianas tensas, como así  mismo la conversión de imágenes biográficas tensas.  

En gimnasia sicofísica se trabajó sobre la base de posiciones corporales. Se  efectuaron series de ejercicios destinados a movilizar los centros vegetativo,  motriz, emotivo e intelectual tratando, en todos los casos, de detectar fallas en  dichos centros y en sus partes. Se realizaron también prácticas de  perfeccionamiento atencional y, como norma general, se recomendó superar los  defectos encontrados, repitiendo hasta dominar, aquellos ejercicios que  sirvieron para ponerlos en evidencia.  

En autoconocimiento se efectuaron estudios de situación, roles, círculos de  prestigio e imagen de sí mismo, dando especial importancia a la realización de la  autobiografía y al estudio y trabajo sobre los ensueños.  

Antes de entrar en el difícil tema de operativa, recomendamos volver sobre los  cursos conocidos y, posteriormente, efectuar una revisión escrita. Esos trabajos  permitirán graduar lo comprendido e integrar la etapa anterior.  

Revisión.  

1.- Repetir velozmente las prácticas de relajación, de manera que todas sus  técnicas sean comprendidas y pueda disponerse de ellas a voluntad. En caso de 

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encontrar alguna particularmente difícil, detenerse en ella y trabajarla hasta su  dominio.  

2.- Repetir velozmente las prácticas de gimnasia sicofísica y observar si fueron  bien trabajadas. Un buen indicador será haber logrado incorporar posturas  correctas y superado el defecto principal detectado. De no ocurrir esto, será  conveniente insistir en los puntos mencionados, hasta su dominio.  

3.- Tomar la ficha de autoconocimiento y cotejarla con la de proyectos.  Reconsiderar los propósitos de cambio formulados en su momento.  

Efectuada la revisión, responder meditadamente a esta pregunta:  "¿Por qué deseo continuar con este tipo de trabajo?"  

Revisión escrita.  

1.- Responder con precisión: a) ¿Para qué sirve la relajación?; b) ¿Para qué  sirve la gimnasia sicofísica?; c) ¿Para qué sirve el autoconocimiento?  

Consultar los materiales para verificar la exactitud de las respuestas.  

2.- Responder a las siguientes preguntas: a) En qué (técnicas) se diferencia  nuestro sistema de relajación de otros sistemas y por qué?; b) ¿En qué se  diferencia nuestra gimnasia sicofísica de la gimnasia convencional y del deporte y  por qué?; c) ¿En qué se diferencia nuestro autoconocimiento de otros sistemas y  por qué?  

3.- Responder a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de tensiones existen?; b)  ¿En dónde se registran las tensiones y de qué modo?; c) ¿Con qué función  cumplen las imágenes?, d)¿Qué relación existe entre postura corporal y estado  de ánimo?; e) ¿Qué relación existe entre respiración y estado de ánimo?; f)  ¿Cómo trabaja cada centro?; g) ¿Cómo trabaja cada parte de cada centro?;  h)¿Cómo trabajan los centros en relación?; i) ¿Por qué es importante el  desarrollo de la atención?; j) ¿En qué se diferencia una tensión de un clima?; k)  ¿Qué es un rol?; l) ¿Qué es un prestigio?; m) ¿Qué es la imagen de sí?; n) ¿Qué  son los ensueños y qué función cumplen?; o) ¿Qué son los niveles de  conciencia?; p) ¿Por qué los hechos biográficos condicionan el presente?; q)  ¿Por qué los proyectos condicionan el presente?  

Consultar los materiales para verificar la exactitud de las respuestas.  

Introducción a la Operativa.  

Efectuada la revisión de los trabajos anteriores, se está en condiciones de  comenzar con operativa.  

¿Para qué sirve la operativa? La operativa sirve para eliminar las cargas  perturbadoras de los contenidos que alteran a la conciencia, mediante el sistema  llamado "catarsis". Sirve, además, para ordenar el funcionamiento síquico,  mediante el sistema llamado "transferencia". Y, por último, es útil para aquellas  personas que deseen convertir una situación particular de su vida, reorientando  su sentido, mediante el sistema llamado "autotransferencia". 

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Puede definirse la operativa como el conjunto de técnicas destinadas a  normalizar el funcionamiento síquico, de manera que la conciencia quede en  condiciones de ampliar sus posibilidades.  

La función de la operativa no es terapéutica, ya que no trata de solucionar  problemas de disociaciones o anormalidades síquicas. Ese terreno corresponde a  la Siquiatría.  

La operativa parte de la base de que todo ser humano se encuentra desintegrado  en su interior. Esta desintegración no es de las funciones de la conciencia,  porque en tal caso se está en presencia del fenómeno patológico que no interesa  a la operativa. La desintegración se refiere a los contenidos (biográficos, de  situación, de proyectos vitales, etc.). Integrar contenidos es dar coherencia al  mundo interno y, consecuentemente, coherencia a la conducta humana en el  mundo.  

No es coherente pensar en una dirección, sentir en otra y actuar en otra diferente.  Sin embargo, es lo que sucede a diario. No se trata de hechos patológicos sino  corrientes, pero no por ello menos dolorosos.  

Para pensar, sentir y actuar en la misma dirección será necesario en primer  término, lograr equilibrio en las cargas de los contenidos de conciencia y, en  segundo lugar, una reorganización de dichos contenidos.  

Todo el trabajo de operativa apunta hacia la coherencia, abriendo posibilidades a  la evolución de la mente.  

Recomendaciones.  

1.- Estudiar cada lección acompañado de otras personas y realizar prácticas  "pedagógicas" conjuntas.  

2.- Una vez estudiada y discutida cada lección, trabajarla solamente con otra  persona. Este es un punto importante: estudiar, discutir, e incluso realizar  prácticas pedagógicas conjuntas, pero nunca verdaderas y profundas prácticas  entre más de dos personas. Estos dos partícipes tendrán el carácter de "guía" y  "sujeto".  

3.- La situación de guía y sujeto debe alternarse en cada práctica a fin de que  ambos estudiantes comprendan y dominen las técnicas propuestas.  

4.- En lo posible, deben trabajar durante todo el curso las mismas personas.  

5.- Debe atenderse a buenas relaciones de afinidad y contar con una total y  mutua discreción en torno de lo realizado en las sesiones de trabajo.  

6.- No se comenzará una nueva lección, hasta tanto la anterior esté  perfectamente dominada. Por consiguiente, a cada lección corresponderá un  número desigual de sesiones de trabajo.  

PRACTICAS DE CATARSIS

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LECCION 1  

Sondeo catártico.  

Cuando un contenido de conciencia (por ejemplo una imagen, un recuerdo, una  idea) cobra tal intensidad o tal "carga" que sobresale del resto de los contenidos,  tiende a descargarse dando impulsos a los centros correspondientes. Estos  centros se ponen en marcha y movilizan actividades corporales hacia el mundo  externo.  

En rigor, toda actividad implica una descarga, una catarsis de tensiones. Pero las  normales actividades de la vida diaria guardan relación directa con el circuito:  necesidad-satisfacción de la necesidad. Gracias a ese circuito que eleva las  tensiones en los momentos de necesidad y las disminuye en los momentos de  satisfacción, todo ser vivo avanza hacia las fuentes de abastecimiento y  retrocede ante los peligros, protegiendo su integridad. También se orienta hacia  aquello que le permite reproducir, expandir su estructura. Estos mecanismos han  sido explicados desde antiguo por los "instintos" de conservación individual y de  la especie.  

El sistema de tensión-displacer y distensión-placer reproduce a nivel orgánico el  fenómeno natural de desequilibrio-restablecimiento del equilibrio.  

En el ser humano se expresan descargas catárticas del tipo de la risa, el llanto, la  comunicación de problemas, la producción artística, la actividad física  desinteresada, etc. Todas esas manifestaciones no parecen estar al servicio  directo de los instintos y cumplen, sin embargo, con un papel importante en el  restablecimiento del equilibrio interno.  

Por numerosos motivos, diversos canales de descarga catártica pueden  encontrarse bloqueados en un momento dado. En tal caso, la tensión acumulada  busca otras vías de expresión, e indirectamente se restablece el equilibrio. Pero  si las tensiones acumuladas aumentan en relación con las descargas (directas o  indirectas), toda la estructura comienza a peligrar... Muchas enfermedades son  somatizaciones o explosiones internas motivadas por el bloqueo de las vías  catárticas externas. Otras explosiones generalizadas pueden expresarse hacia el  exterior, como actos de violencia.  

Por todo lo anterior, un adecuado sistema de catarsis es de fundamental  importancia para la vida.  

Ejercicio 1.  

El guía pide al sujeto que cuente varios chistes. El guía va tomando nota de los  relatos.  

Ejercicio 2.  

El guía pide al sujeto que narre acontecimientos históricos. Se toma nota.  Ejercicio 3. 

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El guía pide al sujeto que describa acontecimientos alegres de su vida. Toma  nota.  

Ejercicio 4.  

El guía pide al sujeto que comente sucesos graves o tristes de su vida. Toma  nota.  

Efectuados los cuatro ejercicios, se toma el material obtenido pidiendo al sujeto  que explique cuáles son los elementos comunes en los diversos relatos que le  han producido: a) tensión muscular y por qué; b) distensión y por qué; c) bloqueo  (es decir: olvido, o disimulación, o silencio) y por qué; d) cambios de tono de voz,  respiratorios, de actitud corporal... y por qué.  

Realizado todo lo anterior, se pide al sujeto que sintetice, en pocas palabras,  aquello que le produce tensión y aquello que lo relaja.  

Por último, se solicita al sujeto que se explaye libremente comentando hechos o  ensueños que liberan sus tensiones. En este momento, ya se está conduciendo  una primera y elemental catarsis.  

Como es de estilo en este curso, el guía intercambiará su rol con el sujeto. Se  destinarán a estos trabajos tantas sesiones como sean necesarias.  

Cada sesión no debe ocupar más de una hora.  

LECCION 2  

Sondeo catártico (profundización).  

En la lección anterior, guía y sujeto tomaron un primer contacto.  

Los ejercicios propuestos tenían como objeto hacer resaltar tensiones que  estaban ligadas a determinados temas. También se pretendió lograr una  elemental catarsis, pidiendo al sujeto que se expresara libremente, comentado  hechos o ensueños de su agrado.  

Se avanzará ahora, hacia técnicas más precisas, siguiendo siempre la idea de  detectar problemas (sondeo) y luego de descargar las tensiones puestas de  relieve.  

Debe comprenderse lo siguiente: no es de interés liberar cargas que están  relacionadas con tensiones situacionales (momentáneas), sino hacerlo con  aquellas ligadas a tensiones permanentes. Dichas tensiones aunque admiten  gran variedad de motivaciones, suelen conectarse con tres temas centrales:  dinero, sexo e imagen de sí.  

Expondremos de inmediato un sistema completo de sondeo catártico que no  requiere de especiales condiciones para su ejecución.  

La base del sistema es la lista de palabras-estímulo. 

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El guía va lanzando palabras, a las que el sujeto debe responder con otras, del  modo más rápido posible y sin racionalizar, es decir, por simple asociación de  ideas. Ejemplos de racionalización son las palabras-respuesta que definen,  describen o repiten el estímulo propuesto. En ese sentido, si el guía dice "silla" y  el sujeto responde "asiento", se está ante una racionalización de poca utilidad  para el sondeo.  

Las palabras-estímulo son, al comienzo, neutras. Es decir, palabras que se  refieren a objetos o utensilios de la vida cotidiana, por ejemplo: mesa, silla,  puerta, ventana, cama, cocina, automóvil, ciudad, fábrica, juguete, etcétera.  

Posteriormente, el guía reemplazará algunas palabras neutras por otras que  están relacionadas con los temas centrales mencionados anteriormente; por  ejemplo: mesa, dinero, puerta, amor, padre, madre, automóvil, ridículo, fábrica,  muerte, niño, etcétera.  

A las palabras relacionadas con los temas centrales o que comprometen la vida e  integridad del sujeto (por ejemplo: "muerte", "enfermedad", "accidente", etc.), se  las llama "significativas", independientemente de que sean estímulo o respuesta.  

Demos ahora, algunas recomendaciones.  

El guía usará un repertorio de palabras pulcro y de buen tono.  

El guía tomará nota de las respuestas significativas, ya sea porque están  relacionadas con los temas centrales, o por su carga afectiva. Por ejemplo, frente  a la palabra "silla", la respuesta "amante", o bien alguna interjección como "¡Ay!",  o alguna construcción extraña como "no puedo", etcétera.  

Tiene especial importancia atender a los siguientes indicadores:  1. Aumento de tensión muscular ante la palabra-estímulo o al dar la respuesta.  2. Cambio en el tono de voz.  

3. Cambio respiratorio.  

4. Cambio en la postura corporal.  

5. Exceso de lentitud en la respuesta.  

6. Olvido de palabras con las cuales responder al estímulo.  

7. Respuestas cargadas afectivamente.  

El caso 5, casi siempre coincide con que el sujeto desplazó la primera palabra  que se le hubo ocurrido, por otra. El caso 6, denota bloqueo de imágenes. El  caso 7, tiene carácter catártico.  

En ejercicios posteriores, el guía lanzará palabras neutras, pero ya intercalando  otras (estímulo, o respuestas del sujeto tomadas como nuevo estímulo), que  resultaron anteriormente significativas.  

Más adelante, la lista será de a dos palabras juntas, a las que el sujeto  responderá también con otras dos.  

Por último, el guía lanzará frases completas organizadas la base de palabras  significativas y pedirá al sujeto que responda también con frases. 

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El sondeo llega a un nivel interesante cuando el guía va hablando cada vez  menos y el sujeto cada vez más, extendiéndose éste de tal manera, que de  simple sondeo se pase a un relato cargado afectivamente. En tal caso se están  abriendo posibilidades catárticas que permiten aperturas un tanto vistosas como  la risa, el llanto, la explosión de cólera, etcétera.  

Ejercicio 1.  

El guía lanza una lista de palabras-estímulo, a las que el sujeto va respondiendo.  

Ejercicio 2.  

El guía intercala palabras significativas, relacionadas con los temas centrales y/o  palabras significativas que el sujeto lanzó como respuestas en el ejercicio  anterior.  

Ejercicio 3.  

El guía lanza una lista de palabras dobles, a las que el sujeto responde también  de a dos palabras.  

Ejercicio 4.  

El guía lanza frases significativas y pide al sujeto que responda también con  frases.  

Ejercicio 5.  

El guía lanza frases significativas y pide al sujeto que se exprese sin prejuicio  alguno y sin racionalizar.  

Realizados los ejercicios, el guía colaborará con el sujeto para que éste interprete  los fenómenos significativos, procurando que haga una síntesis coherente de sus  problemas básicos.  

Si al término de los trabajos, el sujeto experimenta un desahogo de sus  tensiones, la catarsis ha tenido lugar. Por cierto que existirán catarsis de distinto  nivel de profundidad y es por ello que se sugiere efectuar varias sesiones.  

Como es de estilo, ambos partícipes cambiarán su rol al terminar con la serie de  ejercicios.  

Obsérvese que sobre la base del esquema explicado, pueden depurarse técnicas  aplicables en la vida cotidiana con aquellas personas que manifiestan fuertes  tensiones internas y problemas, en general, de comunicación. Veamos un  ejemplo de sondeo catártico cotidiano con una persona desconocedora de estos  temas.  

Sondeo de realimentación.  

El guía pide al sujeto que responda a cada palabra que le sugiera, con otra  diferente; si fuera el caso de varias palabras, en la respuesta también debe  haberlas. Por último, si el guía estimula con frases, el sujeto debe responder  también con frases. 

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El guía pide al sujeto que responda inmediatamente, sin prejuicios y sin  racionalizar.  

De inmediato, el guía lanza una palabra al azar..., el sujeto responde y el guía,  tomando la respuesta del sujeto, se la vuelve a lanzar, resultando de esto que el  mismo sujeto va desenvolviendo una especie de argumento catártico hasta llegar  al relato en el que sólo habla él.  

LECCION 3  

Catarsis. Esquema de la conciencia. Catarsis profunda.  

En otros capítulos, hemos visto el funcionamiento de los centros de respuesta y  la función de la imagen como movilizadora de actividades.  

Organizaremos, ahora, los siguientes esquemas: 

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El esquema I muestra un sistema simple, en donde los estímulos llegan a la  conciencia y ésta actúa dando respuesta.  

El esquema II ya considera que los estímulos pueden ser externos al cuerpo y  también internos. Los estímulos son recibidos por los sentidos como sensaciones  y llevados a la conciencia como percepciones (es decir, como sensaciones  estructuradas). Conciencia actúa y lo hace con imágenes que llevan energía a los  centros, produciéndose las respuestas externas o internas según sean los casos.  

El esquema III es más completo. En él ya se ha distinguido entre dos sistemas de  sentidos: los externos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y los internos (cenestesia:  dolor, temperatura, tensión muscular, etc; y kinestesia: posición y movimientos  del cuerpo).  

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Los estímulos provenientes de los medios externos e internos llegan a la  conciencia como percepciones, grabándose simultáneamente en memoria. A su  vez, memoria lleva estímulos a conciencia (recuerdos). Conciencia suministra  imágenes que actúan sobre los centros, dando éstos respuestas externas  (motrices), o internas (vegetativas).  

Cada respuesta que da un centro es detectada por sentidos internos y  conciencia. Gracias a ello tiene noción de las operaciones que se efectúan  (realimentación de la respuesta), quedando, además, grabadas en memoria. Esto  último, es la base del aprendizaje, que se perfecciona a medida que se repiten  operaciones.  

Si por alguna circunstancia se bloquean impulsos que deberían llegar de los  sentidos, o de la respuesta de los centros, o de la memoria, en conciencia se  producen perturbaciones. También ocurren éstas, si los impulsos que llegan a  conciencia son excesivos.  

Todos los impulsos que recorren el circuito pueden trabajar a intensidad variable:  a veces normal (entre umbrales); a veces con energía muy débil (bajo umbral); a  veces excesiva (sobreumbral de tolerancia); a veces nula (bloqueo). Cuando los  impulsos provenientes de conciencia llegan a un centro y en éste se bloquea la  respuesta sobrecargándose de energía, las cargas se desplazan a otros centros,  produciéndose respuestas equivocadas (por ejemplo: respuestas motrices que  quedan inhibidas sobrecargan al centro vegetativo que da respuestas internas  inadecuadas, creando disfunciones orgánicas o somatizaciones. Otro tanto puede  ocurrir si se bloquean determinadas respuestas emotivas que deberían terminar  expresándose motrizmente).  

La función que cumple la catarsis es la de posibilitar desbloqueos y, con ello,  disminuir las sobrecargas que ponen en peligro al circuito.  

Cuando se trabajó en gimnasia sicofísica pudo comprobarse que, en ocasiones,  un centro actúa en sustitución de otro, así como una parte lo hace en reemplazo  de la adecuada. Allí también se constató que la ejercitación de los centros, en  distintas personas, era desigual. Mediante los ejercicios conocidos, se trató de  poner en actividad centros y partes con dificultades en su funcionamiento.  

La gimnasia sicofísica sirvió para la detección de problemas de respuesta y para  el reencauzamiento de la energía, hacia los puntos de descarga adecuados. En  éste último caso, la función catártica de tales trabajos resultó evidente.  

Ahora debemos preguntarnos: ¿qué pasa cuando los impulsos se bloquean antes  de llegar a los centros? Está claro que en tales casos debemos actuar a nivel de  sentidos internos (caso de anestesias intracorporales, o pérdida de la noción de  zonas del cuerpo), o a nivel de formación de imágenes (caso de ausencia,  sustitución, o mal emplazamiento en el espacio de representación de la  conciencia). Todos esos casos serán tratados en las lecciones correspondientes  a transferencia.  

Se ha trabajado también en relajación procurando diminuir cargas que,  convertidas en sensaciones internas, dan lugar a nuevos impulsos perjudiciales 

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para el buen funcionamiento del circuito. Pero está claro que ciertas fuentes de  tensión están alejadas de los puntos en donde éstas actúan. Así, un contenido de  memoria puede manifestarse como imagen obsesiva que eleva la tensión  emotiva y motriz. En tal caso, la relajación actúa disminuyendo las cargas en  ciertos puntos corporales y, además, desplazando la atención desde las  imágenes perturbadoras hacia las imágenes controlables... De todas maneras,  las cargas desplazadas exigen una apertura catártica.  

Catarsis profunda.  

La catarsis como técnica será recomendable en casos de intranquilidad general,  ansiedad, incomunicación y bloqueo de cualquier tipo.  

A veces bastará con aplicar un sondeo catártico, pero en ocasiones será  necesario llegar a una catarsis profunda.  

Antes de entrar en tema, debemos recordar que hay numerosas formas de  catarsis empíricas: reír, llorar, correr, gritar, y efectuar cualquier tipo de  actividades que descarguen tensiones, registrándose como consecuencia  sensaciones de alivio. Sin embargo, es de nuestro interés manejar técnicas  precisas (de sondeo o de catarsis profunda), que lleven directamente a los  problemas, sean éstos actuales, biográficos, o hasta imaginarios. Allí donde  existan esos "nudos", será necesario llegar hasta ellos y liberar sus cargas del  modo más simple y rápido posible.  

En esta lección se trabajará con los siguientes pasos:  

1. Examen interno. 2. Relax. 3. Desarrollo de la catarsis. 4. Descarga. 5. Síntesis.  

Paso 1: Se pide al sujeto que se examine internamente, tratando de encontrar  aquellos problemas que más le costaría comunicar. Luego de esta propuesta se  deja al sujeto, en lo posible, a solas durante unos pocos minutos.  

Paso 2: El guía se coloca al lado del sujeto, sugiriéndole que efectúe un buen  relax muscular externo.  

Paso 3: El guía pone en práctica todas las técnicas del sondeo catártico, hasta  llegar al momento en que él va quedando en silencio y el sujeto comienza a  explayarse libremente.  

Paso 4: El sujeto logra exteriorizar aquellos problemas que en el examen interno  creyó imposible comunicar.  

Paso 5: Guía y sujeto sintetizan lo ocurrido, dando coherencia a todo el proceso.  

Recomendaciones.  

1. Conviene que el lugar de trabajo sea silencioso y esté ambientado a media  luz. Es importante que no haya posibilidad de irrupciones de otras personas.  2. Los partícipes deberán sentarse uno al lado del otro de manera que el sujeto  no experimente la sensación de ser observado por el guía.  

3. El guía cuidará que sus expresiones sean pulcras y amables, procurando una  comunicación afectuosa. En ningún caso el guía reprobará o juzgará al sujeto. 

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4. El guía nunca mencionará el nombre del sujeto.  

5. El guía tomará nota de los indicadores que se vayan presentando.  

Observaciones.  

Una de las primeras dificultades que se presentan con los sujetos fuertemente  bloqueados, es el argumento de que "no tienen problemas que no puedan  expresar". Esto a veces es falso hasta para el mismo sujeto. En tal caso, se  podrá ir avanzando en varias sesiones a medida que aumenta la confianza entre  ambos partícipes. También corresponde esa argumentación a una falta de fe en  el éxito de la técnica o en la pericia del guía. Está claro que, cuando más intenso  sea el problema de comunicación del sujeto, más severo será en su juicio con  respecto al guía y mayor su racionalización.  

En muchos casos, el sujeto piensa que es mayor el riesgo que el resultado. En  rigor no existe riesgo alguno, pero sin duda que la catarsis compromete la imagen  de sí del sujeto o bien la imagen que manifiesta a los demás.  

También puede suceder que el sujeto, efectivamente, no comprenda sus  problemas de fondo, por el mismo sistema de tensiones que bloquean a sus  contenidos. En tal caso, los problemas mayores suelen ser desplazados hacia  dificultades de poca importancia.  

Otra limitación en algunos sujetos es el uso que hacen de interpretaciones  previas al trabajo catártico, mediante las cuales racionalizan los problemas según  esquemas teóricos.  

Los inconvenientes mencionados serán salvados por el guía si éste esclarece al  sujeto, evitando en todo momento la discusión. Precisamente, estas  observaciones que exponemos pueden ser comentadas libremente al sujeto  antes de iniciar el trabajo.  

En el examen interno, el sujeto procurará fijar muy bien todos los problemas que  le parezcan imposible o muy difíciles de expresar al guía, pero también tendrá en  cuenta aquellos que dificultan su comunicación con otras personas.  

Con el estado de relax externo se pretende que cada dificultad que surja en el  sujeto sea detectada por él mismo al elevarse la tensión muscular. También, esto  servirá como indicador para el guía. Por último, tendrá utilidad para disminuir los  impulsos secundarios que puedan realimentar al circuito, contribuyendo al  bloqueo.  

En el desarrollo, el guía no pide al sujeto que comunique los problemas  detectados en el examen interno, sino que se aboca a las técnicas del sondeo  catártico. Pero sucede que, a medida que avanza el proceso, el sujeto se va  orientando hacia los problemas fijados previamente en el examen. También  ocurre, a veces, que el sujeto descubre en el desarrollo, problemas que están  más allá de los fijados en el examen, comprendiendo a los primeros como  racionalizaciones o desplazamientos de los temas de fondo. No obstante, es  gracias a los temas fijados en el examen que el sujeto logró conectarse con otros  de mayor interés. 

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Son numerosas y variadas las dificultades que pueden ocurrir. Muchas de ellas  serán comprendidas en las lecciones dedicadas a la transferencia.  

PRACTICAS DE TRANSFERENCIA 

LECCION 1  

Introducción a la transferencia.  

En la lección anterior surgió la pregunta: "¿qué pasa cuando los impulsos se  bloquean antes de llegar a los centros?" Supongamos el caso de una anestesia  intracorporal. El sujeto explica que no siente tensión en el sexo, apareciendo  síntomas de impotencia. Supongamos otro caso, en el que una fuerte situación  conflictiva, en lugar de integrarse o descargarse catárticamente, queda olvidada.  Supongamos, por último, el caso de un estado depresivo continuo en el que el  sujeto no experimenta tensiones que pueda corregir mediante relax o  abreacciones catárticas.  

Son los casos mencionados, y otros de mayor complejidad, los que invitan a  encarar trabajos más difíciles conocidos como "transferencias".  

Las transferencias tiene como objeto la integración de contenidos. No proceden  como la catarsis, descargando tensiones hacia la periferia, sino trasladando  cargas de unos contenidos a otros, a fin de equilibrar un sistema de ideación, una  "escena" mental.  

En realidad, la conciencia trabaja transfiriendo cargas de unos contenidos a otros,  continuamente. Sucede, sin embargo, que por algún motivo ciertos contenidos  quedan aislados produciendose disociaciones...  

La vida humana, desde el punto de vista sicológico, debería ser una progresiva  integración de contenidos. En ese sentido, la transferencia como técnica pretende  que se cumpla el proceso normal, afectado por disociaciones accidentales.  

Así como existen expresiones catárticas naturales, también existen operaciones  transferenciales cumplidas durante los sueños, en los ensueños, en el ejercicio  artístico, amoroso y religioso.  

No estamos aquí definiendo a esas actividades por la transferencia, sino  explicando que, en ellas, ocurren transferencias.  

En el sueño paradojal (o sueño con imágenes) se producen transferencias  (integraciones, ordenamientos de contenidos), pero además se reordenan en  memoria los datos del día. También se alivian las tensiones y el cuerpo  descansa. El sueño, pues, cumple con numerosas funciones, una de ellas es la  transferencial.  

Muchos fenómenos catárticos, al aliviar sobrecargas, permiten transferencias. A  la inversa, fenómenos transferenciales liberan remanentes de sobrecargas que 

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se expresan catárticamente. Si bien se trata de funciones distintas, actúan a  menudo concomitantemente.  

Ya se verá más adelante, que en los casos de excesiva tensión habrá que  provocar descargas catárticas antes de comenzar un trabajo transferencial.  También se comprenderá en qué circunstancia una abreacción será inoportuna  porque despojará de carga a los contenidos que deseamos integrar.  

I Tensiones y climas. Los impulsos y sus transformaciones.  En autoconocimiento hicimos una primera distinción entre tensión y clima,  explicando al segundo como una sensación global e indefinida. La tensión, en  cambio, fue explicada en relación con músculos externos e internos y, a veces,  con imágenes mentales. En aquella oportunidad se mencionaron climas de  desamparo, violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.  

Así como al estudiar las técnicas de catarsis no se prestó atención a las  tensiones situacionales, sino a las permanentes, al trabajar ahora con las  técnicas transferenciales, se pondrá interés en los "climas fijados" (permanentes),  que operan como trasfondo emotivo en la vida cotidiana, ocupando el campo  central de la conciencia sólo en determinadas circunstancias.  

Los climas tienen un carácter no puntual, sino difuso. A veces, carentes de  imágenes visuales, resultan de sensaciones cenestésicas (sentidos internos),  producidas por un desarreglo funcional, o un conjunto de impulsos de memoria, o  de conciencia. Estos dos últimos, convertidos en imágenes cenestésicas, actúan  sobre los centros vegetativo, sexual o emotivo, los que dan respuesta interna,  provocando un nuevo conjunto de sensaciones (realimentación de impulsos). Al  ser tomadas dichas sensaciones por cenestesia, llegan a conciencia difusamente  (como en el caso de las sensaciones producidas por desarreglo funcional) y allí  se traducen en otras imágenes (visuales, auditivas, etc.), propias de los sentidos  externos.  

De este modo, tanto un desajuste orgánico, como una sobrecarga sexual o  emotiva, pueden convertirse en imágenes por ejemplo visuales, merced al  fenómeno de traducción, pero siempre acompañadas de un clima emotivo difuso,  propio de los impulsos del intracuerpo.  

La traducción de impulsos cenestésicos en imágenes propias de los sentidos  externos es mayor, a medida que desciende el nivel de conciencia. En efecto,  aquellos impulsos cenestésicos que en vigilia llegan a conciencia sólo como  climas difusos, en sueño profundo aparecen traducidos, ya que al bajar el nivel se  desconectan del mundo externo los sentidos correspondientes, ampliándose el  umbral de percepción de aquellos internos.  

Veamos un ejemplo. Las sensaciones que en vigilia son interpretadas como  "cosquilleo" por la mala posición de un brazo, en sueños pueden aparecer  traducidas como hormigas que caminan por el brazo. Estas imágenes servirán al  durmiente para que corrija su posición sin despertar; pero, además, darán lugar a  una larga cadena de asociaciones, resultando un argumento onírico más o  menos complicado. 

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Un aumento en la acidez estomacal, puede traducirse en imágenes de incendio;  un problema respiratorio, en el entierro del durmiente; una dificultad cardíaca, en  un flechazo; el exceso de gases, en un vuelo en globo y una sobrecarga sexual,  en imágenes visuales, auditivas y táctiles referidas al sexo opuesto.  

También los estímulos provenientes del mundo externo pueden ser deformados  en el nivel de sueño, sin por ello traducirse de un sentido a otro. Por ejemplo: el  timbre del teléfono será el sonido de campanas al viento; alguien que golpea la  puerta será el viejo zapatero de algún cuento y las sábanas enredadas en las  piernas resultarán una ciénaga llena de impedimentos, pero con calidades táctiles  similares a las del estímulo.  

Hemos citado dos transformaciones de impulsos diferentes: una llamada  "traducción" y otra "deformación".  

Otro caso importante en la transformación de impulsos es el de "ausencia"; tal lo  que sucede en las anestesias intracorporales, ausencia de miembros u órganos,  o fallas en algún sentido externo, que son experimentadas como climas de  "perdida de identidad", "desconexión con el mundo", etc. En los bajos niveles de  conciencia, estas ausencias de estímulos pueden también compensarse con  deformaciones o traducciones variadas, según las cadenas asociativas que  cumplan con una mejor función para la economía síquica.  

II. Percepción y representación. Cadenas asociativas.  

Cuando alguien percibe un objeto, lo reconoce, o bien advierte su novedad. Esto  es posible debido a que a la entrada del impulso (que va a memoria y a  conciencia), corresponde un veloz análisis en memoria. Este análisis resulta del  cotejo entre los impulsos que llegan y los grabados anteriormente. Memoria  entonces, entrega a conciencia una señal completa y conciencia "reconoce" al  objeto.  

Así como los impulsos que comienzan en sentidos (sensaciones) llegan a  conciencia estructurados como percepciones, memoria entrega datos a  conciencia que se estructuran como representaciones. El acuerdo entre  percepción y representación, permite a conciencia reconocer al estímulo, o  desconocerlo según el caso.  

Si la percepción de un objeto no tiene antecedentes, memoria entrega, de todos  modos, datos incompletos que permiten a conciencia ubicar al objeto por  similitud, contigüidad o contraste con respecto a franjas de objetos, o partes de  otros objetos. En estos casos, el sujeto dirá que el nuevo objeto se parece a otros  en tales y cuales características y que no podría tratarse de otro tipos de objetos,  etc.  

A toda percepción corresponde una representación. Las representaciones se  disparan en trenes de impulsos desde memoria. A los trenes de impulsos se los  conoce como "cadenas asociativas", destacándose en conciencia aquellos  primarios que tienen que ver directamente con el objeto propuesto. Pero  actuando además otros que sirven a la dinámica de la conciencia. De otro modo,  conciencia funcionaría sólo "fotográficamente", sonre la base del reconocimiento 

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y desconocimiento de los impulsos que llegan a ella. En realidad, conciencia  trabaja secuencialmente, y no con "fotografías" estáticas.  

Supongamos, ahora, que memoria es excitada por impulsos que llegan desde  sentidos internos (cenestésicos), al tiempo que están llegando impulsos del  mundo externo (por sentidos externos). Memoria entregará los datos del caso a  conciencia y resultarán los reconocimientos correspondientes. Está claro que si el  sujeto, mientras actúa en el mundo, recibe desde su intracuerpo impulsos que  corresponden a un desajuste vegetativo, obtendrá un reconocimiento del mundo  relativamente "climatizado". Los ejemplos son claros: una persona con malestar  hepático no ve con agrado un hermoso cuadro; una irritación visceral configura  un mundo irritante; una contracción profunda contrae la percepción del mundo.  

De este modo, numerosas cadenas asociativas que aparecen en conciencia son  suscitadas por impulsos tanto externos como internos que llegan a memoria.  

Hemos dicho que las asociaciones suelen darse por similitud, contigüidad y  contraste.  

Veamos los casos.  

Si al decir: "montaña" asocio con "edificio", advierto que operó la similitud; si  respondo "nieve", funcionó la contigüidad; si digo "pozo", el contraste.  

En la similitud, las representaciones actúan por lo parecido; en la contigüidad, por  lo próximo, o lo que está o estuvo en contacto con el objeto propuesto; en el  contraste, por lo que se opone a él.  

Gracias a esas vías asociativas, conciencia puede establecer relaciones de  diferenciación, complementación y síntesis (aunque se requiere, para las  operaciones más complejas, la puesta en marcha de los mecanismos de  abstracción). Las relaciones mencionadas sirven tanto al trabajo racional como  imaginario.  

Si las cadenas son controladas, hablamos de "imágenes dirigidas" y si se trata  de trenes de representaciones sin control, hablamos de "imágenes libres".  

Al recordar ordenadamente los objetos de mi habitación, procedo por  representación dirigida. Al divagar o dejar que las asociaciones jueguen con  soltura procedo por representación libre.  

III. Asociaciones y niveles de conciencia.  

A medida que desciende el nivel de conciencia, la asociaciones dirigidas  disminuyen y aumentan las libres. El cotejo racional de datos se entorpece y, en  general, la atención ya no dirige las actividades de la conciencia. Por  consiguiente, disminuye el sentido crítico y autocrítico.  

Al caer el nivel, se bloquean los mecanismos de reversibilidad y, al subir, se  desbloquean.  

Son los mecanismos de reversibilidad los que permiten a la conciencia dirigir las  operaciones de un modo más o menos "voluntario". 

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Cuando la conciencia dirige operaciones hacia las fuentes de impulsos, opera la  reversibilidad. Tal es el caso de rememorar (atención + memoria), distinto del  simple recordar, en el que los impulsos llegan de memoria a conciencia sin  trabajo atencional alguno.  

Otro caso de reversibilidad es el de la apercepción (atención + percepción),  distinto de la simple percepción en la que los datos llegan a conciencia sin que  ésta se oriente hacia la fuente de estímulo.  

Las operaciones llamadas "racionales" son netamente vigílicas y, por ende,  propias del trabajo de reversibilidad.  

Las operaciones típicamente "irracionales" del nivel de sueño se imponen a la  conciencia con todo el poder sugestivo de sus imágenes (ausencia de crítica),  merced al bloqueo de la reversibilidad.  

En el nivel intermedio de semi-sueño (en estado de fatiga, al despertar o al entrar  en el sueño), se parcializan las actividades reversibles.  

Existen otros casos de parcialización de la reversibilidad y son los que se  manifiestan en los estados alterados de conciencia (fuerte sugestionabilidad,  hipnosis, alucinación, etc.) aun cuando el nivel sea vigílico. Estas situaciones han  llevado a no pocas confusiones a la Sicología clásica, al creer por ejemplo que la  hipnosis era un especial estado de sueño; que las alucinaciones eran simples  simulaciones, etcétera.  

En el estado alterado de "conciencia emocionada", también se parcializan  mecanismos de reversibilidad, a pesar de que otras operaciones continúan  efectuándose de acuerdo a las solicitaciones de la actividad vigílica.  

IV. Espacio de Representación.  

Al percibir visualmente un objeto se lo ve emplazado en un determinado punto del  espacio. Pueden apreciarse su alto, su ancho y también su volumen. Por otra  parte, que el cuerpo percibido está más cerca de nosotros que otros objetos, o a  la inversa.  

La percepción visual es muy compleja. Todo objeto percibido tiene para nosotros  color y extensión. Estas dos categorías son inseparables y forman una estructura.  

Del mismo modo, en la representación visual no existe color sin extensión, ni a la  inversa. Si se imagina un vidrio transparente, por ejemplo, y a través de él un  determinado objeto, el "vidrio" (a pesar de su "transparencia") posee una cierta  diafanidad o un tenue grisado que permite advertirlo como tal. Si, por otra parte,  se imagina una mancha roja, a ésta se le puede dar tal amplitud que no se  advierten sus límites, o bien se la puede representar como una "mancha" muy  pequeña. En los dos casos advertimos su extensión.  

En la percepción, los cuerpos se desplazan o permanecen en un punto dado,  independientemente de las operaciones mentales del observador. Lo mismo  sucede con el color (mantienen su color o lo modifican con independencia). El  observador o el objeto podrán cambiar su posición y las modificaciones habrán 

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de producirse con exclusión de las actividades mentales. Desde luego que a  veces ocurren ilusiones y se toma el desplazamiento propio como si fuera del  objeto, o a la inversa; pero eso no compromete al objeto en cuanto externo a la  conciencia.  

No pasa igual en la representación. Color y extensión pueden ser modificados por  las operaciones mentales. También puede hacerse variar la extensión, en cuanto  "distancia", entre observador y objeto.  

En casos excepcionales como el de las alucinaciones, la representación adquiere  más vigor que la percepción, emplazándosela además en el espacio "externo",  terminando por confundirse el objeto representado con una percepción externa.  

Los objetos percibidos pueden diferenciarse de los representados, en primer  lugar básicamente por su carácter independiente o dependiente de las  operaciones mentales. En segundo lugar, por su diferente nitidez o vigor, aunque  esto no es tan característico en determinados casos.  

Al cerrar los párpados y representar un objeto que antes percibí, advierto que  aquél aún sigue siendo "externo" a mí, inclusive aunque comprenda que depende  de mis operaciones. El objeto es representado en un espacio parecido al de la  percepción pero que desde luego no es el mismo. Distingo ambos espacios  gracias al tacto interno de mis párpados y a la cenestesia que corresponde a mis  operaciones de representación.  

El objeto representado aparentemente en el espacio de percepción, crea esa  ilusión por estar emplazado en la capa más externa del espacio de  representación. Si emplazo el mismo objeto hacia el centro de la cabeza, noto  que surge el límite con el espacio "externo", como traducción del límite táctil de  mis párpados y de mi cenestesia en general.  

El espacio de representación corresponde al de percepción en su  tridimensionalidad. Merced al espacio de representación, todas las imágenes  pueden ser emplazadas como objetos y, de acuerdo con la "profundidad" o  "altura" en que se encuentran, podrán dispararse impulsos hacia los centros de  respuesta correspondientes. Si, por ejemplo, imagino a mi mano desde "afuera"  (como si la viera), moviéndose hacia un objeto, no por ello la mano se moverá  realmente. Si, en cambio, siento a mi mano desde "adentro" desplazándose  (imágenes kinestésicas), advierto cómo los músculos se ponen en marcha en la  dirección propuesta. Es que he colocado la imagen correspondiente en el exacto  nivel y profundidad del espacio de representación.  

Las imágenes correspondientes a los sentidos externos (visuales, auditivas,  olfatorias, gustativas y táctiles) no disparan la actividad del centro motriz sino que  "trazan" el camino por el que se orientará la actividad del cuerpo, luego de que se  ponga en marcha por la acción de las imágenes correspondientes a sentidos  internos (cenestesia y kinestesia). Y todo eso ocurrirá, siempre que las imágenes  de sentidos internos estén correctamente emplazadas en profundidad y altura,  teniendo además la carga adecuada. Si se equivoca la profundidad, puede no  haber respuesta. Si se equivoca la altura, puede responder otra parte del cuerpo;  si las cargas no son adecuadas, la respuesta puede ser débil o excesiva. 

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El espacio de representación es la "pantalla", o el "monitor" en el que la  conciencia puede advertir sus propias operaciones y dirigirlas con su mecanismo  atencional, o bien, las operaciones pueden dispararse automáticamente desde  allí sin la participación de la atención.  

Los impulsos de sentidos externos e internos, los que provienen de memoria y los  que surgen de las operaciones de la misma conciencia, terminan convertidos en  imágenes que se emplazan en los distintos niveles de altura y profundidad en el  espacio de representación.  

Conociendo los fenómenos de transformación de impulsos (traducción,  deformación y ausencia), se comprenderá la enorme posibilidad combinatoria de  los fenómenos de conciencia y las vastísimas resultantes catárticas y  transferenciales que corresponden a las cargas y a los contenidos que se  desplazan en los distintos niveles del espacio de representación.  

Ejercicio 1.  

El guía pide al sujeto que recuerde una escena agradable de su vida,  solicitándole luego que diferencie entre las tensiones musculares y los climas  emotivos que se suscitan. Posteriormente, el guía pide que se efectúen  operaciones similares con recuerdos ingratos.  

El sentido del ejercicio es el de distinguir entre tensiones y climas.  

Ejercicio 2.  

El guía pide al sujeto que describa ordenadamente los objetos que aparecen al  entrar a su casa, y luego, los de una habitación. Posteriormente, el guía pide al  sujeto que asocie libremente y describa las imágenes que se le ocurren en la  misma habitación, poniendo especial énfasis en la no racionalización de las  operaciones.  

El sentido del ejercicio es distinguir entre cadenas dirigidas y cadenas libres.  Debe advertirse que en las cadenas dirigidas el nivel tiende a ser vigílico y en las  libres, de semi-sueño. Debe discutirse, además, el trabajo de reversibilidad en  ambos casos.  

Ejercicio 3.  

El guía, que ha tomado nota de las cadenas libres del ejercicio anterior, discute  con el sujeto las asociaciones por similitud, contigüidad y contraste.  

Ejercicio 4.  

Tanto en este ejercicio, como en los siguientes, el sujeto deberá relatar en el  momento, qué va ocurriendo.  

El guía pide al sujeto que se relaje profundamente y que partiendo de una imagen  de sí mismo (en la que el sujeto se vea a sí mismo), comience a bajar hacia las  profundidades, utilizando escaleras, ascensores, cuerdas, etc. Luego, le solicitara  regresar al plano inicial y, desde allí, subir hacia las alturas. Finalmente, le  sugerirá volver al plano medio inicial. 

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El sujeto habrá de destacar las racionalizaciones y dificultades que aparecieron  en sus cadenas libres, al desplazarse por las distintas alturas del espacio de  representación.  

Ejercicio 5.  

El guía pide al sujeto que, partiendo de la imagen de sí mismo, avance libremente  en su paisaje. Luego pide que retome el camino que usó, hasta llegar al punto  inicial.  

El sujeto habrá de relatar las dificultades en el "avance" y "retroceso" en las  profundidades del espacio de representación.  

Ejercicio 6.  

El guía pide al sujeto que, partiendo de la imagen de sí mismo se contraiga cada  vez más, enpequeñeciendose con respecto a los otros objetos de su paisaje.  Pide luego que vuelva a su tamaño inicial y que crezca cada vez más, para volver  finalmente, a su tamaño normal.  

El sujeto habrá de relatar las dificultades de las contracciones y expansiones de  su espacio de representación.  

Con esta serie de ejercicios, queda efectuada una primera aproximación a los  trabajos con imágenes que se usarán en las transferencias.2 

LECCION 2  

Introducción a la transferencia.  

I. Espacio de representación y niveles de conciencia.  

A medida que desciende el nivel de conciencia se estrechan los umbrales de  percepción de los sentidos externos y se amplían los umbrales de los sentidos  internos. Las representaciones, por consiguiente se internalizan en el espacio de  representación. Aumentan, además, las traducciones y deformaciones de  impulsos perceptuales y, como los mecanismos de reversibilidad se bloquean,  crece la sugestibilidad de las imágenes.  

En las imágenes del sueño profundo, el sujeto suele "verse" así mismo  participando de la escena representada, a diferencia de la representación vigílica  en la que el sujeto representa al mundo "afuera de sí" y lo observa "desde sí".  

La participación de la imagen de sí mismo en las escenas oníricas, es similar a la  de los recuerdos propios de memoria antigua... una persona suele "verse" a sí  misma participando de la escena cuando se recuerda en tiempos de la infancia o,  por lo menos, bastante alejados del momento actual. Si, en cambio, ese individuo  recuerda la escena que percibió hace pocos minutos, la representará como  "viéndola" desde adentro de sí, estando la escena afuera.  

Cuando el sujeto se ve a sí mismo participando de la escena (en el sueño  profundo), emplaza su observación en un punto más interno que el de las  

  

2 Para la mejor comprensión del trabajo con imágenes, ver Experiencias Guiadas, Silo, Editorial  Plaza y Janes, Barcelona, 1989 

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imágenes. El punto de observación se internaliza a medida que desciende el  nivel.  

Ejemplifiquemos ese curioso funcionamiento.  

Adelante mío, hay un pequeño objeto que deseo coger. Cierro los párpados y lo  represento en la periferia de mi espacio de representación (coincidiendo  aparentemente con el espacio externo), "viéndolo" desde un punto que  aproximadamente corresponde al emplazamiento de mis globos oculares. En esa  situación si quisiera cogerlo, podría alargar mi brazo, abrir los dedos, y más o  menos, calcular la distancia para llegar a él.  

Sí, en cambio, represento al objeto "adentro de mi cabeza", lo veo desde un  punto aun más interno, que experimento como "más atrás de mis ojos". Si, en  este segundo caso, quisiera coger el objeto, tendría serios inconvenientes, ya  que lo he emplazado en un espacio interno inútil para las operaciones corporales  externas.  

Precisamente, al caer el nivel de conciencia, y estrecharse los umbrales  perceptuales externos, la actividad corporal externa cesa. Las imágenes se  hacen más internas y el punto de observación se profundiza, pudiendo el sujeto  representarse aún a sí mismo, sin comprometer con esas imágenes internas a la  actividad del cuerpo en el espacio externo.  

Sí las imágenes (en el sueño) se externalizaran en el espacio de representación,  llevarían cargas que trazarían actividades hacia el centro motriz y,  consecuentemente, las imágenes kinestésicas dirigirían la actividad motriz hacia  las direcciones trazadas. El sujeto, entonces, tendría el cuerpo en continua  actividad y aún podría levantarse y ponerse a caminar en la dirección que  propusieran las imágenes "externas". Ello no es así, gracias a la internalidad de  las representaciones en ese nivel. Solamente queda un remanente trazador, en  los movimientos de los globos oculares cuando se desarrollan las escenas  oníricas.  

Desde luego que en los casos de sueño alterado, como el de las llamadas  "pesadillas", o en el de sonambulismo, ocurre algo de todo aquello (expresiones  corporales hacia el espacio externo), como una anormalidad en el emplazamiento  de las imágenes. El sujeto puede agitarse, hablar, reír, etc., porque su conexión  con el mundo externo no está suficientemente anulada (sea por fuerte presión de  contenidos o estímulos internos que provocan un "rebote" de nivel de conciencia,  o por una alerta excesiva hacia el mundo externo).  

El hecho es que las imágenes se internalizan en el espacio de representación a  medida que desciende el nivel y a la inversa.  

Tanto los recuerdos correspondientes a la percepción de sentidos externos como  las imágenes correspondientes a estos, pero que son traducción de impulsos  captados por sentidos internos, se representan (en el nivel de sueño) emplazadas  en la profundidad del espacio de representación. Con ello, la carga de dichas  imágenes se transfiere al intracuerpo. 

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Supongamos ahora que un sujeto percibió en un momento de su vida una  escena desagradable. En aquella situación tal escena generó una serie de climas  y tensiones a nivel muscular externo y profundo. La situación sucedió hace  tiempo y, sin embargo, cada vez que el sujeto evoca la escena, se actualizan las  tensiones y los climas correspondientes.  

Ahora el sujeto duerme y algunas cadenas asociativas presentan las imágenes  desagradables u otras que movilizan a las tensiones y a los climas mencionados.  Las tensiones internas son captadas por cenestesia y traducidas a imágenes  visuales en una escena posiblemente extraña, pero el argumento de dicha  escena hace que las imágenes se desarrollen trasladando cargas en distintas  direcciones (o cargas de unas imágenes a otras), hasta que finalmente cesa la  tensión profunda por transferencia de cargas.  

En el ejemplo presentado, podría suceder que ciertas imágenes o ciertos climas  se repitieran. Ello estaría delatando fijaciones, es decir, contenidos más o menos  obsesivos que son tales porque no han podido transferir sus cargas, disociando  el normal proceso de conciencia.  

Podría ocurrir, también, que el sujeto hubiera bloqueado los contenidos  desagradables y ni siquiera recordara a nivel vigílico los hechos sucedidos. No  obstante, las tensiones profundas permanentes seguirían enviando impulsos que  se traducirían en los sueños con más facilidad, ya que los umbrales cenestésicos  estarían más ampliados que en vigilia. El sujeto, en vigilia, solo tendría noción de  un clima difuso y generalizado, sin relación con escena alguna y que operaría  como trasfondo de sus actividades. En sueños, el clima se relacionaría con  imágenes traducidas por cenestesia. Esas imágenes serían el "intento"  transferencial de la conciencia para liberarse de las tensiones profundas  permanentes, disparando cargas hacia el intracuerpo.  

Empieza a comprenderse que la técnica transferencial trabaja dirigiendo  imágenes y climas a fin de trasladar cargas que por algún motivo no pueden  liberarse en el proceso normal de la conciencia.  

Si la técnica transferencial logra su objetivo, provocará desbloqueos, relajaciones  e integraciones equilibradas de contenidos, permitiendo que continúe el  desarrollo interno del sujeto.  

La técnica transferencial no podrá actuar en el nivel vigílico según se desprende  de lo explicado (salvo en el caso de alegorizaciones propias del sondeo  transferencial). Tampoco podrá hacerlo en el nivel de sueño, ya que en él la  conciencia queda desconectada de las incitaciones externas, impidiendo al guía  toda operación.  

Es obvio que la transferencia guiada será aplicable en el nivel de semisueño y  tanto más eficaz habrá de ser, cuanto menos actúe la racionalización, mejor se  traduzcan los impulsos internos y más poderosas sean las representaciones del  sujeto. 

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Tampoco habrá una transferencia cabal, usando métodos hipnóticos, por que en  tales procedimientos se trabaja con imágenes inducidas por el guía y no con  imágenes que son traducción de los impulsos del propio sujeto.  

Por último, un trabajo con asociaciones libres o con sus simples interpretaciones  tendrá, a lo sumo, efectos catárticos pero no rendirá los mejores frutos al no  dirigir las imágenes que son, en definitiva, las portadoras de cargas.  

II. Profundidades y niveles del espacio de representación.  En relajación se trabajó con el apoyo de una imagen esférica, que expandiéndose  desde el centro del pecho llegaba hasta los límites del cuerpo. Al producirse tal  expansión de la imagen, se registró una distensión profunda que conocimos  como "experiencia de paz". Algunas personas tuvieron dificultades en la  expansión o contracción de la imagen. Esos inconvenientes correspondieron a  resistencias dadas por tensiones emplazadas en distintas profundidades del  intracuerpo que, traducidas cenestésicamente, impedían el control de la imagen  propuesta.  

Toda imagen "interna" que se expande o se contrae, lo hace en el espacio de  representación y, por tanto, afecta con su carga distintas profundidades del  intracuerpo. Allí donde la imagen sufre deformaciones, o elude su trayectoria o  interrumpe su proceso, muestra su campo de tensión. Y allí donde la imagen  vence resistencias logra relajación.  

Ahora bien. A medida que desciende toda imagen "interna" en el espacio de  representación, este se va oscureciendo. A medida que la imagen sube de nivel  en el espacio de representación, este se va aclarando coincidiendo con el  emplazamiento de las localizaciones ópticas. En los ascensos y descensos de  imagen, surgen también deformaciones, eluciones de trayectoria o interrupción  de proceso, mostrándose campos de tensión en determinados niveles del  intracuerpo. Donde la imagen venza resistencias, logrará relajaciones.  

III. Revisión de aparatos e impulsos.  

Damos a continuación, un esquema más completo de los aparatos e impulsos de  manera que pueda resumirse mucho de lo explicado hasta aquí. 

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Por razones de simplificación, no hemos distinguido las vías asociativas y las  abstractivas, el mecanismo atencional y la "pantalla" de las operaciones de  conciencia (espacio de representación). Insinuamos las respuestas externas de  los centros con una simple flecha, sin destacar respuestas codificadas completas,  como son los roles de conducta.  

Ejercicios de revisión.  

El guía pide al sujeto que efectúe los relax externo, interno y mental. Luego  sugiere que realice la experiencia de paz. Finalmente, solicita que describa las  dificultades que encontró en cada caso. Si el sujeto no domina alguna de las  operaciones, deberá ejercitarse hasta tener los resultados correspondientes.  

La falta de dominio de las técnicas de relax, puede ser impedimento serio para el  trabajo transferencial que iniciaremos más adelante.  

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LECCION 3  

Introducción a la transferencia.  

Alegorías, símbolos y signos.3 

Al caer el nivel de conciencia, se internalizan las imágenes en el espacio de  representación. Simultáneamente se modifica el tiempo de conciencia.  

En efecto, en vigilia se tiene noción de lo recordado (pasado), lo que se percibe o  representa ahora (presente) y lo que se proyecta imaginariamente, de un modo  dirigido o asociado (futuro).  

En sueño profundo, las representaciones correspondientes a tiempos diferentes  se entremezclan, y a veces se sintetizan en un solo objeto. De esto resulta que,  en poco tiempo, el soñante puede asistir no solamente a una veloz secuencia de  imágenes, sino que cada una de ellas puede estar compuesta de muchos  elementos que, al concentrarse, dan noción de una gran variedad de  experiencias. El sujeto, en pocos segundos, experimenta una escena onírica que  le llevará muchos minutos para recordar o para relatar. También sucede que se  contrae el tiempo que transcurre entre el comienzo y el fin del sueño, ya que  muchas horas se experimentan como breves instantes.  

Las imágenes se articulan sobre la base a datos de memoria. Alguien puede  recordar un paisaje o, también, puede imaginarlo componiéndolo con elementos  de distintos lugares recordados. El segundo caso, de composición imaginaria,  puede ser sintetizado de manera que en un solo objeto se contraigan o se  concentren las propiedades de distintos objetos.  

Veamos los ejemplos. Recuerdo árboles próximos a un río y con un fondo de  montaña. Luego, agrego a ese paisaje otros elementos: un caballo abreva en el  río. En el árbol se enrosca una serpiente, mientras en las alturas revolotea un  águila. En la montaña se eleva una columna de humo producida por un incendio.  

Los elementos agregados al paisaje original, no forman parte de una misma  escena recordada, sino de diferentes escenas. He concentrado, en el mismo  paisaje percepciones efectuadas en momentos diferentes.  

En el primer caso he recordado algo de un modo dirigido. En el segundo he  agregado elementos asociativamente.  

Puedo sintetizar aún más, aproximadamente así: "En la cumbre de la montaña  hay un árbol. Desde él surge agua que, convertida en río, desciende. Un extraño  animal alado, un dragón, merodea en torno del árbol lanzando fuego por la boca.  Sus patas son fuertes como las de un caballo, su aspecto es de serpiente, sus  alas son de águila”.  

En el primer caso presentamos un paisaje recordado. En el segundo, un paisaje  imaginario y, en el tercero, un paisaje alegórico.  

  

3 Para una comprensión mas completa de los temas siguientes ver Morfología: simbólica, alegórica  y sígnifica, J.Caballero, Editorial ATE, Barcelona, 1981 

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Una alegoría es la concentración de asociaciones en un mismo objeto  representado, a diferencia de los simples objetos asociados que derivan unos de  otros pero sin perder su identidad.  

También existen representaciones que no resultan de recuerdos, o de  asociaciones concentradas como las alegorías, sino que surgen del trabajo de las  vías abstractivas de la conciencia. Tal es el caso de los símbolos.  

En los símbolos se despoja a una imagen de elementos accesorios, manteniendo  solamente sus características formales más generales.  

Por ejemplo. De un terreno cultivado se eliminarán todos los detalles y resultará  un simple rectángulo que se podrá medir con precisión. Así, los símbolos de la  geometría son casos representativos del trabajo de las vías abstractivas.  

Por último, existen representaciones también propias del trabajo de las vías  abstractivas, que cumplen con funciones asignadas por convención. Es el caso  de los números, los signos aritméticos, las notas musicales, las letras y los  números de la química, los dibujos de señalización de tránsito, de alerta, o de  lugares que cumplen con funciones específicas.  

Tanto un objeto del mundo perceptual, como una alegoría o un símbolo, pueden  cumplir con funciones sígnicas si la costumbre o la convención les asignan una  utilidad definida. Ejemplo: dos tibias cruzadas y sobre ellas una calavera,  significan "peligro".  

Las alegorías también pueden tener aptitud sígnica. Ejemplo: un dragón  significaba para la alquimia cierto tipo de ácido.  

Por último, los símbolos pueden ser utilizados sígnicamente. Ejemplo: en un  organigrama de empresa, la dirección puede estar representada por un  rectángulo; las distintas gerencias por círculos; el personal masculino por  triángulos; etc. En un mapa, las capitales políticas pueden estar representadas  por estrellas, las vías marítimas por líneas continuas, las vías terrestres por  líneas punteadas, etcétera..  

A los efectos de nuestros trabajos, será de interés dominar algunos elementos de  simbólica y alegóricas, despreocupándonos de la sígnica. 

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Simbólica.  

Desde el punto de vista de las transformaciones de impulsos, los símbolos  resultan de su traducción o de su deformación abstractiva.  

Distinguimos entre símbolos sin encuadre (punto, recta, recta quebrada, curva,  cruce de rectas, cruce de curvas, espirales, etc.) y símbolos con encuadre (estos  se configuran cuando rectas y curvas se conectan en circuitos, separando el  espacio externo del interno, al cual llamamos "campo". Ejemplos: círculo,  triángulo, cuadrado, rombo y formas mixtas que encierran espacio).  

Donde se cruzan rectas y/o curvas, se generan centros manifiestos.  71

Los símbolos con encuadre (es decir que incluyen un campo), tienen centro tácito  que resultan de las líneas imaginarias que unen a los centros manifiestos.  Ejemplo: en un cuadrado, el centro tácito resulta del cruce de diagonales  trazadas desde los cuatro ángulos que son los centros manifiestos.  

Si se coloca un símbolo en el campo de otro, el primero resulta uno de sus  centros manifiestos.  

Algunos símbolos sin encuadre tienden a trasladar la energía de la imagen hacia  afuera de ellos. Esto sucede con las puntas en general. Otros, tienden a trasladar  la energía hacia adentro de ellos; es el caso de los símbolos en curva.  

En los símbolos con encuadre, la energía se concentra en los centros manifiestos  y tácitos con desigual intensidad.  

El punto, al no tener encuadre, es solo un centro manifiesto que puede llevar  energía en cualquier dirección.  

El círculo, al no tener centros manifiestos, concentra toda la energía hacia el  centro tácito.  

Si el sujeto imagina o sueña una escena en la que está incluido, será él mismo el  centro manifiesto más importante. Si está fuera del campo, será centro excluido y  la energía se trasladará al interior del campo. Ejemplo: el sujeto sueña con un  pequeño parque en el que hay algunos monumentos y un lago. No puede entrar  porque un perro defiende el acceso.  

La energía tiende a trasladarse al interior del campo y, dentro de él, hacia los  centros manifiestos; pero sucede que hay un impedimento, y este provoca fuertes  tensiones.  

Ejercicios de simbólica.  

Ejercicio 1.  

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Reducir a símbolo la habitación de trabajo, estudiando centros manifiestos y  tácitos. Explicar las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía.  Comprender los puntos de tensión.  

Ejercicio 2.  

Reducir a símbolos distintas relaciones que se establecen entre dos personas,  estudiando centros manifiestos y tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados  de energía. Comprender los puntos de tensión.  

Ejercicio 3.  

Reducir a símbolos las relaciones entre cinco personas, distribuyéndolas por sus  afinidades o intereses, del siguiente modo: a) si el interés es común, dentro de un  círculo; b) si hay dos intereses opuestos, en los centros manifiestos de una  mandorla; c) si hay más de dos intereses, en los centros manifiestos, en el centro  tácito, y tal vez, en algún centro excluido; d) proceder con un triángulo; e)  proceder con un cuadrado.  

Ejercicio 4.  

Reducir a símbolo una escena de un sueño, estudiando centros manifiestos y  tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender las  dificultades e impedimentos como puntos de tensión. Comprender los puntos de  relajación. En general, observar a toda "resistencia" como tensión y a toda  superación de "resistencias" como relajación. Observar a qué altura y  profundidad del espacio de representación se manifiesta la escena y sus  "resistencias".  

Ejercicio 5.  

Practicar distintas reducciones simbólicas de una misma situación cotidiana  destacando siempre centros manifiestos, tácitos, acumulaciones, dispersiones y  traslados de energía. Comprender las resistencias y las superaciones de  resistencias.  

LECCION 4  

Introducción a la transferencia.  

Alegórica.  

En una secuencia asociativa, pueden distinguirse distintas imágenes y también  distintos "argumentos" que sirven de ligazón o de línea de unión a las  representaciones.  

Supongamos el caso de un cuadro en el que están tratados distintos objetos...  vemos allí, en el costado izquierdo, un trigal y unos cosechadores; en la parte  central y al fondo, una ciudad en la que se destaca un conjunto fabril. El día es  radiante. A la derecha y casi en primer plano hay niños que juegan con perros  cerca de la casa. Una mujer llama a comer golpeando, tal vez, una sartén. El  conjunto es amable y refleja el trabajo y la cordialidad casi hogareña de la gente  de campo.  

Distinguimos, en la escena descripta, imágenes que se integran en el conjunto  argumental. Es claro que con las mismas imágenes, pero tratadas y colocadas de 

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otro modo, el argumento podría variar considerablemente. Por ejemplo: los niños  golpean a los perros con la sartén; los trabajadores han abandonado los  instrumentos de labranza; la casa está en ruinas; el cielo tiene, ahora, una  coloración siniestra, mientras el humo de las fábricas, a lo lejos, semeja un  incendio.  

En toda escena configurada por asociaciones libres, distinguimos entre temas  (imágenes) y argumento. Los temas señalan el juego de las tensiones y de las  relajaciones al abrirse paso entre dificultades y trabajar catárticamente. Los  argumentos, en cambio, muestran el clima en que se desarrolla la escena.  

Temas y argumentos suelen coincidir. En tales casos, bastará comprender qué  función cumplen los temas en una escena dada, para entender qué solución  transferencial está proponiendo el argumento.  

Sin embargo, las imágenes pueden no coincidir con el clima; por ejemplo: un  sujeto sueña con un tren que avanza hacia él en loca carrera. El sujeto no  experimenta angustia, sino alegría festiva.  

También se da la no coincidencia entre imágenes y climas en la vida cotidiana. El  sujeto, por ejemplo recibe una buena noticia, imagina la escena favorable que se  le transmite y, automáticamente, se deprime...  

Existen otros casos en los que el clima de trasfondo permanece inamovible  aunque varíen las representaciones, sin que el sujeto pueda comprender los  motivos de tal clima. Es como si el clima en cuestión no estuviese ligado a  imágenes (por lo menos visuales) y, por tanto, no pudiera transferirse  adecuadamente.  

Si se recuerda lo explicado oportunamente en torno a los ensueños primarios,  secundarios y núcleo de ensueño, se comprenderá que este último es una suerte  de clima fijado que no varía por las percepciones y representaciones cotidianas  correspondiente. Antes bien, determina compensatoriamente las actividades en el  mundo y genera diferentes ensueños como "intentos" transferenciales que no  alcanzan a resolver el traslado del clima básico.  

En la práctica transferencial, muy a menudo nos encontramos con el núcleo de  ensueño (con el clima básico determinante), muy difícil de modificar. Pero  también con climas profundos que pueden ser transformados utilizando imágenes  y procedimientos adecuados.  

En general, diremos que será de interés toda imagen o todo clima que se repite  en distintas escenas. Por ejemplo el sujeto sueña en distintas ocasiones con  argumentos diferentes, pero aparece una misma persona o un mismo objeto.  Veamos la inversa: el sujeto sueña con distintos temas, pero se repite el mismo  argumento.  

Poder capturar una imagen o un clima repetitivos, es ya un hilo conductor de  importancia, que permitirá orientar los procedimientos transferenciales.  

Veamos ahora a qué categorías generales podemos reducir los temas para  trabajar con facilidad. Haremos después lo mismo con los argumentos. 

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Temas.  

A. Continentes. Son aquellos objetos que encierran, guardan o protegen a otros.  El continente mayor de una escena dada puede ser reducido simbólicamente,  para comprender el enmarque de tensiones dentro del que (campo) se desarrolla  la escena.  

B. Contenidos. Son los objetos, personas, situaciones, etc., que aparecen dentro  de un continente. Los contenidos pueden ser manifiestos cuando las imágenes  aparecen, y tácitos cuando no aparecen, pero se "sabe" que están presentes.  

C. Conectivas. Son elementos que unen a continentes entre sí, o a contenidos  entre sí, o a continentes y contenidos entre sí. Las conectivas pueden ser de  facilidad (por ejemplo puentes, vehículos, caminos, escaleras, comunicaciones  sígnicas diversas como el gesto, el lenguaje, etc.) o de impedimento (las mismas  conectivas al no cumplir con su función. Por ejemplo puentes rotos, vehículos  atascados o fuera de control, caminos anegados, escaleras peligrosas, lenguajes  extraños o que crean confusión, etc.).  

D. Atributos. Son elementos que tienen valor transferido de otros por asociación  de similitud, contigüidad o contraste (por ejemplo un objeto cobra importancia por  ser el regalo de un amigo; un ropaje por pertenecer a una determinada persona;  un valor o sistema de valores, al ser representado alegóricamente: la Justicia  como una mujer con sus ojos vendados, la balanza en una mano, la espada en la  otra, etc.).  

E. Niveles. Las imágenes emplazadas en planos distintos de la misma escena,  determinan niveles (por ejemplo una colina y un valle), o las diferencias de  tamaño (gigante-enano), o las distintas funciones y roles entre sí (jefe subordinado).  

F. Momentos de procesos. Tales como los casos de las edades (anciano,  adolescente, niño); transformismos (una persona se transforma en otra o en un  objeto); inversiones (que son casos particulares de los transformismos; por  ejemplo: una calabaza se convierte en carruaje).  

G. Texturas, colores, sonidos, olores, etc. Siempre están referidos al sentido  productor de la señal traducida o deformada. Pero con respecto a las texturas,  debe agregarse que también imágenes visuales como son las puntas, los filos,  los objetos desgarradores, etc., producen diferentes registros táctiles y  cenestésicos. Este punto es de importancia, ya que de continuo se producen  traducciones de los impulsos de los sentidos externos a registros táctiles y  cenestésicos. Ello explica que cualquier visión desagradable tenga concomitancia  de registro físico. De otro modo, cualquier espectáculo doloroso, no tendría  resonancia para los espectadores.  

Los elementos como el aire, el fuego y las texturas y temperaturas, producen  fuertes registros táctiles. Otro tanto vale para los colores.  

H. Funciones. 1º Defensores: cuidan o defienden algo, de manera que impiden el  acceso o libre paso a través de ellos. Entre los defensores aparecen aquellos con  función definida y otros más encubiertos como son los lazos, los engaños y las 

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seducciones, que desvían de los objetivos propuestos. 2º Protectores: ayudan a  acceder o transitar hacia determinados objetivos, tal es el caso de los guías o de  ciertos objetos mágicos y técnicos. 3º Intermediarios: suelen estar representados  por seres a los que es necesario acudir para obtener beneficios (por ejemplo  personajes a los que se debe pagar o convencer para lograr ser transportados a  un lugar, o para que otorguen algún atributo). También hay situaciones  intermediarias por las que es necesario pasar para lograr un beneficio (por  ejemplo estados de sufrimiento o de "prueba"). 4º Centro de poder: objetos o  lugares que poseen una virtud transformadora (por ejemplo el agua o el fuego de  la inmortalidad; la isla de la felicidad; la piedra filosofal, etc.). Al final de toda  búsqueda (en la que aparecen distintas funciones) hay un centro de poder, una  imagen que representa idealmente el deseo de relajación plena y duradera. A  veces, se conoce el centro de poder aunque no pueda darse con él (centro  manifiesto, rodeado de laberintos o con defensores que impiden el acceso).  También sucede, en ocasiones, que el sujeto se ve en continua búsqueda hacia  un centro de poder desconocido (centro tácito). En este caso, hay un clima que  no puede fijarse a una determinada imagen necesaria para poder efectuar la  transferencia de cargas. También las imágenes idealizadas del sexo opuesto  cumplen con la función transformadora del "centro de poder" (por ejemplo Lilith o  Abraxas; la gran Madre y el gran Padre; los gigantes o las grandes sombras,  como traducción de impulsos sexuales femeninos difusos. Las danzarinas o  mujeres elusivas, con sus vestimentas cambiantes, como traducción de impulsos  sexuales masculinos más cosquilleantes y localizados). Esos temas  transformadores llevan a menudo a descargas sexuales, con lo que se ve  cumplida la función catártica; pero desde el punto de vista transferencial, las  imágenes idealizadas del sexo opuesto muestran instancias de la dificultad o de  la integración de contenidos profundos.  

Argumentos.  

Los argumentos resultan de las relaciones que establecen entre sí los temas. A  veces, la movilidad de una sola alegoría (como sumatoria de temas diversos)  puede constituirse en argumento.  

De todo argumento debe extraerse el clima. Sin embargo, hay climas que no  coinciden con el argumento y, a veces, climas que no están relacionados con  imágenes visuales, como ocurre en la vida cotidiana.  

Como se verá más adelante, cuando un clima no está adherido a imágenes  visuales o no corresponde a un argumento, habrá que proponer imágenes que le  correspondan, para poder efectuar transferencias de cargas.  

Veamos los principales tipos de argumentos.  

A. Catárticos. Son aquellos en que el sujeto experimenta alivios de tensiones.  Casi siempre están relacionados con la risa, el llanto, la confrontación agresiva y  el acto amoroso. Un buen ejemplo de argumento catártico es el que da el chiste.  Si en el desarrollo de un argumento catártico no se cumple con la descarga de  tensiones, la frustración emergente delata una tensión que permanece sin  resolverse y que está asociada con algunos temas del argumento. Si los temas  se repiten en otros argumentos (por ejemplo la misma casa o la misma persona,  pero en otro contexto), la tensión permanente está claramente asociada. 

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B. Transferenciales. Son aquellos en los que el sujeto experimenta una  transformación, un cambio de enfoque o de "sentido", luego de realizados. Si el  mismo argumento (por ejemplo el buscar algo o huir de algo) se repite siempre  sin cumplirse, está claro el clima que debe trabajarse proponiendo distintos temas  hasta que se produzca la transferencia.  

C. Ocasionales. Son aquellos en los que se delatan tensiones o climas de  situación. Su materia prima es variable y reciente. Estos argumentos sirven a  procesos catárticos y transferenciales momentáneos y a ordenamientos de datos  mnémicos.  

Análisis alegórico.  

1.- Dado un tema o argumento alegórico, es necesario comenzar por reducir el  encuadre simbólicamente. Ese trabajo delatará el sistema de tensión más  general, las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. También  permitirá comprender las resistencias y superaciones tensionales.  

2.- Efectuada la reducción simbólica del encuadre, se procede a analizar y  agrupar todos los temas y argumentos presentados.  

3.- Una vez realizado el agrupamiento de temas y argumentos, se procede a  definir los climas. Estas definiciones constituyen el resumen del análisis hecho  anteriormente.  

Interpretación alegórica.  

Dado un resumen alegórico, se podrá interpretar si se cuenta con otros  resúmenes anteriores y/o posteriores. Esto es necesario para comprender si se  trata de fenómenos catárticos, transferenciales u ocasionales.  

Debe entenderse que no es posible una interpretación alegórica sin contar con un  proceso de varias escenas.  

Obtenida la interpretación, se efectuará la síntesis.  

Frecuentemente se comete el grueso error de interpretar cualquier tema sobre la  base de un supuesto significado establecido. Por ejemplo, la imagen de un  hombre que impide el paso, puede ser interpretada peregrinamente como la  dramatización del padre que castiga, o cosa por el estilo. Para nosotros, tal  imagen será agrupada con la de otros "defensores" y revelará simplemente  tensiones no resueltas que impiden el traslado de energía de unas imágenes a  otras.  

Cuando hablamos de "interpretación", lo hacemos con referencia al proceso que  siguen los temas y argumentos, de manera que podamos comprender con qué  funciones van cumpliendo, qué tensiones van delatando, qué climas se expresan  y qué dificultades o ventajas ofrecen las distintas técnicas transferenciales que  habrán de aplicarse.  

Ejercicios de alegórica. 

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Ejercicio 1 (reducción simbólica):  

Dado un cuento (o una leyenda) infantil, reducir el encuadre mayor a símbolo,  explicando acumulaciones, dispersiones y traslados de energía.  Comprender las tensiones y relajaciones.  

Ejercicio 2 (análisis alegórico).  

Analizar y agrupar todos los temas y argumentos presentados en el cuento.  

Ejercicio 3 (resumen alegórico).  

Definir los climas.  

Ejercicio 4 (interpretación alegórica).  

Explicar qué resuelve (y qué no) el cuento, desde el punto de vista catártico y  transferencial.  

Los cuatro ejercicios propuestos son relativamente fáciles de efectuar en el caso  de mitos, cuentos y leyendas, ya que suelen tener una suerte de proceso interno,  es decir: un comienzo, un "nudo", un desenlace y un final.  

Si se quisiera efectuar ejercicios con un sueño o con un ensueño personal, los  casos 1, 2 y 3 podrían llevarse adelante sin dificultad. El caso 4, requeriría de  varios sueños o ensueños seguidos para comprender el proceso. No obstante,  existen sueños y ensueños en los que se desarrolla un proceso interno similar al  de las leyendas, siendo entonces posible la interpretación alegórica.  

LECCION 5  

Sondeo transferencial.  

Con las explicaciones dadas en las lecciones anteriores, se está en condiciones  de encarar estudios de cierta profundidad respecto de los símbolos y alegorías en  el campo de la producción individual (en sueño, semisueño y vigilia) y también en  el terreno de la producción colectiva (en cuentos, leyendas, mitos, arte, religión,  etcétera).  

Conductas individuales o grupales pueden, también, ser estudiadas desde el  punto de vista simbólico y sígnico.  

Pero ahora vamos a utilizar esos conocimientos como simples auxiliares de las  técnicas transferenciales.  

Recordemos que en este curso de operativa estamos trabajando con técnicas  catárticas, con el objeto de producir descargas de tensiones que serían imposible  de lograr por otros medios. También debemos operar con técnicas  transferenciales que nos permitan desfijar e integrar contenidos psíquicos.  

Damos por sentado que se sabe en qué circunstancias debe operarse con unas u  otras técnicas.  

I. Indicadores.  

Las racionalizaciones, los ocultamientos, olvidos y bloqueos en general, indican  resistencias a la abreacción catártica. Vencer esas resistencias, permitiendo que 

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se expresen las tensiones hacia la periferia como descarga, es un problema  técnico.  

Asimismo, los contenidos fijados ofrecen resistencia cuando se trata de  movilizarlos e integrarlos al proceso de la conciencia. En principio, los indicadores  de resistencia son los mismos que aparecen al aplicar las técnicas catárticas  pero, además, existen otros ligados estrechamente a la configuración y dinámica  de las imágenes.  

Para toda la operativa (catarsis, transferencia y autotransferencia), vale el mismo  principio: detectar y vencer resistencias. Habrá que comprender cuáles son los  indicadores de resistencia y cuáles los indicadores de que se han superado  dichas resistencias. En el caso de la catarsis han sido suficientemente  estudiados; en el de la transferencia pasamos a su explicación.  

II. Indicadores de resistencia.  

Una de las primeras condiciones que se debe cumplir en el proceso  transferencial, es que el sujeto asocie libremente y, en lo posible, con imágenes  visuales. Para que esta condición se dé con soltura, se procurará trabajar  buscando el nivel de semisueño activo, en el que el sujeto irá describiendo al  guía sus escenas mentales, mientras éste se limitará a dar dirección a las  imágenes.  

No se trata de que el guía sugiera imágenes (con lo cual trasladaría sus propios  contenidos al sujeto), sino de que dadas las escenas que el sujeto relata, el guía  debe ocuparse en dar dirección hacia distintas profundidades y alturas del  espacio de representación, operando transformismos, contracciones y  ampliaciones de imágenes cuando aparecen indicadores de resistencia.  

Veamos los principales indicadores.  

1º. Resistencias de racionalización, ocultamiento, olvido y bloqueo. Indican  fuertes tensiones. En tales casos, el guía procede con un sondeo catártico de  realimentación hasta que se produzca la superación de esas resistencia. Si las  dificultades continúan, la catarsis deberá ser profunda.  

2º. Dificultad en los desplazamientos verticales. Ocurre cuando el sujeto no  puede ascender hacia las "alturas", o descender a las "profundidades". Habrá  que lograrlo repitiendo y proporcionando al sujeto ayudas alegóricas de  conectivas o determinados atributos. Estas ayudas que frecuentemente utilizará  el guía estarán siempre referidas a vencer resistencias y serán más o menos  armónicas dentro de las escenas del sujeto, de manera que pueda evitarse la  infiltración de contenidos propios del guía.  

3º. Dificultad en los desplazamientos horizontales. Ocurre cuando el sujeto no  puede avanzar o retroceder en su escena. Será necesario repetir, suministrando  ayudas alegóricas.  

4º. Dificultad en las expansiones o contracciones. Ocurre cuando el sujeto no  puede hacer "crecer" o "empequeñecer" su propia imagen u otra puesta por el  mismo sujeto como dificultosa, peligrosa, etc. El guía dará ayudas alegóricas,  hasta que se venza la resistencia. 

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5º. Dificultad en los transformismos. Ocurre cuando el sujeto no puede cambiar  su ropaje o su aspecto, o bien, roles, edades, niveles, etc. También, cuando no  puede operar inversiones de imágenes que crean climas negativos, en imágenes  positivas. El guía apelará a recursos alegóricos de ayuda.  

6º. Dificultad en la adhesión de un clima a imágenes. El guía deberá pedir al  sujeto que busque imágenes hasta que el clima "encaje" en una escena  recordada o ficticia. La dificultad estará superada únicamente cuando el sujeto  experimente la real correspondencia entre clima e imágenes. Es decir, si el  registro emergente de esas operaciones es artificioso, habrá que continuar el  trabajo hasta que se produzca un "encaje" realmente sentido como tal por el  sujeto.  

7º. Dificultad en la disociación entre imagen y clima. El guía sugerirá trasladar el  clima a otras imágenes, hasta que las originales pierdan fuerza emotiva.  

8º. Irrupción catártica en el proceso transferencial. Será necesario permitir al  sujeto que se exprese plenamente, pero habrá de suspenderse el proceso  transferencial hasta que el sujeto esté nuevamente en condiciones de seguir las  direcciones que le proponga el guía. Este caso es diferente de las expresiones  catárticas que acompañan a la trasferencia, pero que no interrumpen el proceso  de dirección que lleva el guía.  

9º. Exceso de velocidad en los desplazamientos. El sujeto pasa de una escena a  otra o entre imágenes tan velozmente, que no alcanza a percibir plenamente de  qué se trata obstruyendo de ese modo, la descripción. Habrá que enlentecer el  proceso, haciendo que el sujeto coloque los objetos que visualiza a grandes  distancias entre sí, de manera que el "recorrido" de unos a otros obligue a una  mayor demora. Otro recurso es el de pedir al sujeto que dé numerosos detalles  de cada objeto que se le presenta.  

10º. Rebote de altura. En un ascenso o descenso, el sujeto se encuentra  súbitamente relatando escenas del plano opuesto. El guía deberá retomar el  proceso y utilizar ayudas alegóricas en el momento en que puede producirse el  rebote.  

11º. Rebote de nivel. Ocurre cuando por presión de contenidos oprimentes,  sobresalto, u otros factores accidentales, el sujeto continúa el proceso, pero con  un marcado cambio hacia la racionalización. También, cuando el sujeto bloquea  la secuencia. El guía deberá suspender y comenzar nuevamente el trabajo.  

12º. Dificultad en la visualización de imágenes. De todas maneras, el guía  emprenderá el trabajo. El sujeto trabajará entonces con aquel sistema de  imágenes que le resulte afín.  

Vistos los indicadores y la forma de tratarlos, se comprende cómo lo estudiado en  simbólica y alegórica puede ser utilizado de un modo auxiliar por el guía, al  proponer ayudas no racionales (alegorías por ejemplo) para que el proceso se 

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